Joan Laporta, presidente del Barça, ha calentado el derbi que jugarán los azulgranas contra el Espanyol el próximo domingo 14 de mayo en el RCDE Stadium. El máximo mandatario culé ha asistido al acto de celebración del 50 aniversario de la penya barcelonista ‘Som i Serem’ y ha reconocido que le gustaría mucho que el cuadro de Xavi Hernández se proclamara vencedor de LaLiga Santander en Cornellà – El Prat: “Espero que el domingo sea de alegría y que podamos celebrar el título. Estaría muy bien que ganáramos allí el campeonato este fin de semana y ya sabéis el porqué, no hace falta que me explique más”.
Aunque Joan Laporta no ha querido detallar a qué se deben sus ansias de certificar el primer puesto el próximo domingo. Parece evidente que el directivo del FC Barcelona tiene muchísimas ganas por festejar LaLiga Santander en el feudo de uno de los eternos rivales de los culés. Además, sabe perfectamente que, si los azulgranas ganaran al Espanyol este derbi, comprometerían todavía más a un conjunto perico que está en puestos de descenso actualmente.
La relación del presidente barcelonista con el Espanyol nunca ha sido buena
Esta no es la primera vez que Joan Laporta demuestra su animadversión hacia el RCDE. Hay que recordar que en 2005, cuando el máximo mandatario del Barça vivía su primera legislatura al frente del equipo azulgrana, se negó a ceder al delantero Javier Saviola al conjunto perico y decidió prestárselo al Sevilla FC, aunque los andaluces ofrecían unas condiciones económicas inferiores a las del Espanyol.
Aquel hecho produjo que los blanquiazules rompieran relaciones con el FC Barcelona. 18 años después, el vínculo entre ambos equipos no se ha fortalecido demasiado. De hecho, no habrá comida de directivas en las horas previas al próximo derbi. Este encuentro tampoco se produjo antes del duelo entre ambos equipos de la primera vuelta, ya que el club perico se negó a ello como respuesta a que el futbolista del Barça, Robert Lewandowski, recibiera una medida cautelar por parte de la justicia ordinaria para poder disputar ese partido a pesar de estar sancionado con cuatro jornadas sin jugar, un hecho inédito en el fútbol español que indignó a la afición blanquiazul. Hay que recordar que, justo después de aquel encuentro, la Real Federación Española de Fútbol, ratificó el castigo al polaco y no pudo estar presente en los siguientes compromisos.
