El triunfo del domingo contra Osasuna aseguró matemáticamente la clasificación del Atlético de Madrid de Diego Simeone, rival este miércoles del Espanyol, para la fase de grupos de la Liga de Campeones, una vez que sus actuales 72 puntos ya son inalcanzables para el quinto clasificado, el Villarreal. Un nuevo éxito del técnico argentino, que suma ya 11 clasificaciones seguidas de los rojiblancos para la máxima competición europea, y que pese a que durante buena parte de la temporada ha sido objeto de muchas críticas y se le daba virtualmente por muerto, no deja de sumar récords en el banquillo colchonero. Pese a haber cumplido ese objetivo prioritario, el carácter ganador de Simeone hace que no alberguemos ninguna esperanza de ver ante el Espanyol una versión más laxa o relajada de lo que podría suponerse de un equipo que llega con los deberes hechos.
Simeone, con muchas bajas, espera ante su Atlético un Espanyol al que le va la vida
Simeone, en la rueda de prensa previa a este Espanyol – Atlético de Madrid donde hay tanto en juego para los intereses pericos, ha destacado que afrontan los próximos tres partidos con hasta siete titulares de baja –Depay, Morata, Reinildo, Savic, Oblak, Llorente y Lemar-: “Sabemos que pueden pasar situaciones así durante la temporada, con ayuda de jugadores del B completaremos el equipo para ser competitivos como hemos sido siempre”. Cuestionado por qué Espanyol espera, dado el estado de necesidad de los blanquiazules, reflexionaba: “Me imagino un partido duro, difícil, con un rival que tiene unas necesidades extremas, que jugará el partido como si fuera el último de su vida porque necesita salir de la situación en que está, tendrá un público que empujará de la mejor manera para ayudar a su equipo para poder generar el mejor ambiente, y nosotros tenemos que seguir compitiendo como venimos haciéndolo, llevando el partido donde creemos que le podemos hacer daño y compitiendo como venimos haciéndolo”.