El cambio de entrenador por el que apostaron la dirigencia del Espanyol y su director deportivo Fran Garagarza, cesando a Luis García y dando el mando del equipo a Luis Miguel Ramis, de momento está resultando un plan fallido. Si al asturiano se le censuraba por querer aplicar un sistema complejo y de equipo grande a una plantilla que se está demostrando no tiene demasiada capacidad para asimilar los diferentes libretos que les proponen los sucesivos entrenadores que van desfilando por el banquillo blanquiazul, al del Morell de momento se le advierte al menos fuera de casa una tendencia a querer hacer jugar a los suyos como un equipo pequeño, especulativo, muy lejos de lo que por presupuesto y nombre se podría esperar de un club como el Espanyol. Pese a que Garagarza afirmaba convencido el pasado miércoles en Junta de Accionistas que se estaban cumpliendo las expectativas que tenían con el cambio en el banquillo, las sensaciones, evidentes, y los números, demoledores, no parecen darle la razón al de Mutriku: tras empatar ante el FC Andorra (1-1), su balance en LaLiga Hypermotion es mediocre, ya que de seis partidos, ha habido dos victorias (Elche y Alcorcón), tres empates (Huesca, Real Zaragoza y Andorra) y una derrota (Oviedo). Nueve puntos de dieciocho posibles, 1,5 puntos por partido, mientras que la media de Luis García, al que se echó teniendo al equipo a tres puntos de distancia de los puestos de ascenso directo, era incluso superior, 1,7. El arranque fue estimable, con el empate en Huesca cuando apenas había tenido tiempo para trabajar con la plantilla y sobre todo con las dos victorias en casa ante Elche y Alcorcón, pero el dos de nueve que acredita en los últimos tres partidos, en los que no se ha logrado el triunfo, le penaliza terriblemente. Además, a domicilio Ramis tampoco está dando con la tecla: en los diez partidos que ha disputado el equipo fuera en lo que se lleva de LaLiga Hypermotion únicamente ha sumado 12 puntos fruto de tres victorias, tres empates y cuatro derrotas es un balance muy pobre; si nos ceñimos a lo logrado con el nuevo técnico desde que se hizo cargo del banquillo perico lo cierto es que aún no ha ganado lejos del Stage Front Stadium: el citado empate (1-1) en su debut en Huesca, derrota humillante en Oviedo (2-0) y nuevamente reparto de puntos en un partido para olvidar, especialmente en una lamentable primera mitad, en Andorra (1-1).
La plantilla del Espanyol, ¿da para más?
Poco a poco, además, como si estuviese dándose en cuenta de que parafraseando al ex entrenador del Espanyol Quique Sánchez Flores esta plantilla no diese para más, Luis Miguel Ramis está rebajando expectativas: ya advirtió que la clave para ascender a Primera será llegar a las diez últimas jornadas de competición regular en una buena posición, cuando lo que esperaba oír el seguidor perico es que en ese punto el equipo tendría encarrilado el ascenso directo; después no descartó que la vía para subir fuese el playoff, y tras el nuevo fiasco en Andorra la frase fue que ahora mismo, con esto no da para subir. No miente el técnico tarraconense, pero evidentemente en él recae la responsabilidad de poner solución a los problemas del equipo, que por cierto siguen siendo una fragilidad defensiva terrible, donde los errores individuales y colectivos siguen costando puntos, a lo que ahora hay que sumar que se ha perdido la pólvora que había en ataque. La apuesta de cambiar de técnico en plena competición ya parecía arriesgada, y eso no es una responsabilidad que se le pueda achacar a Ramis. El equipo, que no está entre los dos primeros desde la jornada 12, algo impropio de un conjunto con el presupuesto del Espanyol, ha visto como de un día para otro con el relevo en el banquillo Ramis se esfuerza en inculcar su nueva idea de juego al equipo, radicalmente diferente a la de Luis García, y en encontrar el bloque que le dé los resultados deseados, pero las referencias a ese juego “más familiar” del que hablaban los jugadores con la llegada del tarraconense ahora se les vuelve en contra, porque parecen incapaces también de asimilar lo que busca el del Morell.
El director deportivo del Espanyol Fran Garagarza, obligado a acertar esta vez con los fichajes
Frustrado el objetivo de lograr ese seis de 6 ante Andorra y Burgos, solo queda esperar que sí sean capaces al menos de superar este martes al conjunto castellano, que por cierto este sábado arrolló 0-3 al Cartagena, y no se descuelguen en la tabla. Entonces llegará el momento de confiar en que el club se muestre receptivo a la Carta a los Reyes de Ramis y Fran Garagarza esté igual de atinado con los fichajes que con las ventas del pasado verano, porque si es de destacar como consiguió unas cifras muy estimables de los traspasos de futbolistas de momento el resultado de sus incorporaciones se está revelando bastante mediocre, con la paradoja de que la única incorporación que está rindiendo regularmente sobre el verde cuando se le deja, la de Álvaro Aguado, no es titular indiscutible. Con el mercado de invierno a la vuelta de la esquina es de esperar que Chen Yansheng, que también decepcionó esta semana participando en la Junta General de Accionistas con un discurso plano y vacío de contenido a través de una pantalla, haga un esfuerzo y que Garagarza acierte con el tiro para traer fichajes que esta vez sí, sean de futbolistas que lleguen con la vitola de titulares indiscutibles.