La derrota ante el Eldense hizo saltar todas las alarmas en el Espanyol, que ha vivido una semana muy intensa. Además de la frustración que ha generado en el entorno el desenlace de un mercado de fichajes que ha sido tremendamente decepcionante y que este lunes el CEO Mao Ye y el director deportivo Fran Garagarza tendrán complicado justificar, se arrastraban las consecuencias del ridículo que firmaron los hombres de Luis Miguel Ramis en el Nuevo Pepico Amat, que hicieron pensar que el preparador del Morell podría no sentarse en el banquillo este domingo ante el Levante UD.
Tras realizar un análisis de la situación se optó por no ejecutar el cese del preparador perico, que arrastra un balance de solo tres victorias, cinco empates y dos derrotas, unos números muy endebles a los que hay que sumar que pese a que jugadores como Omar El Hilali y Pere Milla han insistido están con el técnico y entienden sus palabras en sala de prensa tras la debacle de Elda, las relaciones entre vestuario y cuerpo técnico no vivirían su mejor momento. Todo ello hace que el encuentro ante el Levante no sea uno más para el Espanyol y tampoco para Ramis; ya sin entrar en si pende o no sobre él un ultimátum y del resultado ante los de Javi Calleja depende si sigue dirigiendo al equipo o se le destituye y toca buscarle un sustituto, lo que suceda en esta jornada tendrá indudablemente un gran peso. Desde la jornada 12 el Espanyol no está entre los dos mejores equipos de LaLiga Hypermotion, un dato que pesa en el entorno perico, y aún podría agravarse la situación ya que en el peor de los escenarios, el equipo blanquiazul puede acabar la jornada fuera de playoff -de hecho, lo está ya desde este viernes por el triunfo del Elche ante el Burgos– algo que no sucede desde la primera jornada, en que se empató en el campo del Albacete Balompié.
Ramis ha de optar por si sigue instalado en el inmovilismo o hace cambios en un día clave para su continuidad en el Espanyol
Luis Miguel Ramis, ante esta situación tan comprometida como entrenador del Espanyol, hará de decidir ante el Levante UD si escoge seguir apostando por un planteamiento y unos hombres que en algunos casos no están acabando de dar un rendimiento todo lo óptimo que sería deseable, o si lo hace por fiar todo a su tradicional libreto y a los mismos jugadores que mayoritariamente han venido gozando de su confianza desde su llegada. Por lo que respecta al dibujo, nada hace pensar que abandone un 4-4-2 bastante conservador con una sala de máquinas mixta, siendo los dos mediocentros uno más bien destructor y el otro creativo concediendo algo de libertad para las bandas, y que sus detractores acusan de caduco en el actual panorama futbolístico y que al menos de momento no está demostrando ser eficiente. Amante de que las cosas funcionen las cosas desde la sencillez, es algo utópico esperar una revolución en este sentido, aunque no falta quien piensa que puede hacer cambios como pasar a una defensa de 5. La incógnita pues se reduce a si tras sus declaraciones en la sala de prensa del Pepico Amat hablando de que los jugadores han de “partirse la ceja” optará por revolucionar el once, algo que tampoco apunta a ser demasiado factible.
Eso sí, de entrada, ante el Levante pierde a uno de sus soldados, Edu Expósito. El de Cubelles, que estaba recuperando su mejor nivel con Luis Miguel Ramis beneficiándose de un cambio de sistema en el que encajaba a medida pudiendo hacer gala de una de sus mejores virtudes, el pase, había sido titular en todos los partidos que ha dirigido el tarraconense a excepción del duelo copero ante el Valladolid, en el que descansó. Su adiós a la temporada deja un hueco difícil de llenar en la plantilla perica, ya que sólo Nico Melamed, de baja desde principios de noviembre y que no estará a disposición del técnico hasta dentro de un mes, parece poder actuar en un papel similar al que venía ejerciendo Expósito, tirado a banda e incursionando hacia dentro. Con Jofre Carreras señalado por su actuación en Elda, las opciones se reducen a Salvi Sánchez y el recién llegado Rubén Sánchez para las bandas y poco más. Hay que recordar que para esta final ante los granota tampoco estará Javi Puado, con molestias en el sóleo. En la ecuación podrían entrar Omar Sadik o Keita Baldé, si Pere Milla pasase a banda. Otra alternativa, muy complicada, pasaría por el regreso de José Carlos Lazo, sin minutos desde la llegada de Ramis. En defensa, también ha de decidir si apuesta por esta reciente sociedad que integran Sergi Gómez y Leandro Cabrera, o recupera a Fernando Calero, relegado al banquillo en los últimos dos encuentros.
En el lateral derecho, veremos si recupera al sancionado en Elda Omar El Hilali o sigue confiando en Óscar Gil, que fue titular en el Pepico Amat ante la lesión del joven defensa de L’Hospitalet. En la sala de máquinas, Keidi Bare y José Gragera, incomprensiblemente el asturiano en el ostracismo desde hace semanas, siguen opositando a romper el doble pivote formado por Álvaro Aguado y Pol Lozano. Este sábado a las 12:30 horas Ramis comparece en rueda de prensa, y es de esperar que deje algunas pistas que ayuden a despejar algunas de estas incógnitas.