Manolo González es el último ejemplo de cuando el Espanyol, por uno u otro motivo, ha decidido confiar en un hombre de la casa, en concreto un técnico de su filial, para darle la responsabilidad de llevar el primer equipo. Los tres últimos ejemplos de esta tránsito de los banquillos de la CE Dani Jarque a los de Cornellà-El Prat, el actual Stage Front Stadium han sido Sergio González, David Gallego y Luis Blanco, éste último con un paso prácticamente anecdótico ya que su interinidad duró únicamente dos encuentros tras la destitución de Vicente Moreno al final de la temporada 2021-22, logrando sendos empates ante el Valencia (1-1) en casa y en Granada (0-0). Curiosamente, Blanco, que fue a quien relevó Manolo González en el B recomendado por Ander Garitano, que lo tuvo a sus órdenes cuando era director deportivo del Ebro, será ahora segundo del nuevo técnico perico. En su día recordaba con humor y orgullo cómo fue la llamada para que se ocupase del primer equipo: “Fue cómico porque estaba de baja médica, en el sofá y con el pie en alto porque me habían operado diez días atrás y me llaman para decirme que tenía que llevar al primer equipo. No dormí en toda la noche pensando cómo me iba a ganar la confianza de los futbolistas si entraba con muletas al vestuario. No obstante, sentí mucho respeto por parte de la plantilla y todos me ayudaron mucho, especialmente David López”.
David Gallego, del éxito en su primera etapa de interinidad al fiasco del año en Europa
Si hablamos de David Gallego, su primer ascenso al primer equipo fue para dirigir a los blanquiazules las últimas 5 jornadas del curso 2017-18 sustituyendo a Quique Sánchez Flores, en los que el Espanyol sumó 13 de 15 puntos, dejando además unas magníficas sensaciones. Ese buen recuerdo y el trabajo en el filial lo catapultaron ya de pleno derecho al banquillo del primer equipo como sustituto de Rubi, en verano de 2018, cuando éste decidió marchar al Betis. Esa decisión fue aplaudida de manera unánime por todo el espanyolismo, que veía en la figura de Gallego, que en nueve años pasaba de entrenar en Regional a alcanzar un banquillo de Primera de forma permanente, un hombre capacitado para llevar la gestión del vestuario y afrontar el ilusionante reto europeo. Sin embargo, la temporada empezó torcida y no se puedo enderezar el rumbo en ningún momento, provocando su cese prematuro en octubre: los resultados del equipo, que tenía cinco puntos y era penúltimo, junto a la mala imagen del bloque fueron clave para que la dirección deportiva destituyese al preparador y optase por traer a Machín. Aquel año concluyó con el primer descenso a Segunda de la era Chen Yansheng.
Sergio González, un discreto paso por LaLiga y la ilusión por la Copa
Buscando más atrás, nos encontramos con la figura de Sergio González, un auténtico referente en su etapa como jugador en activo, y al que al inicio de la temporada 2014-15 se le dieron las riendas del primer equipo. Antes de esto, había sido entrenador del filial durante la segunda mitad de la temporada 2013-14, dirigiendo 17 partidos con 9 victorias y sólo dos derrotas. Esta gestión positiva condujo a la confianza de los directivos para que dirigiera el primer equipo la temporada siguiente. La primera temporada fue discreta en la Liga, en la que dejó al equipo décimo con 49 puntos y un balance de 13 victorias, 10 empates, 15 derrotas, 47 goles a favor y 51 en contra; eso sí, estuvo a punto de meter al equipo en la final de la Copa del Rey: eliminó al Alavés en 1/16, al Valencia en 1/8 y al Sevilla en ¼, pero fue derrotado por el Athletic Club en semifinales. La siguiente temporada, la 2015-16, una mala dinámica de resultados que llevó al equipo a estar tan solo a tres puntos de las plazas de descenso junto a una pobre propuesta futbolística que había despertado el malestar en la afición y dentro del vestuario, hizo optar por su cese, siendo sustituido por Constantin Galca.
Ahora, Manolo González llega con la ilusión pero también la obligación y el reto de guiar al Espanyol a la Primera división con sólo doce jornadas por delante. Su historia personal, un ejemplo de perseverancia y pasión por el fútbol, hace pensar que está capacitado para hacer que este sueño se convierta en realidad para él y para el Espanyol.