El partido ‘trampa’ es un tipo de encuentro que no está definido en ningún diccionario, pero todos los jugadores y aficionados lo conocen, y ciertamente encaja en el que tiene el domingo el Espanyol ante el Albacete Balompié. Y es que por la situación del conjunto manchego, nadie – ni en Barcelona ni en la capital albaceteña- parece dar ninguna opción a un equipo que como explicaba este jueves en ‘La Grada Ràdio’ el periodista César Hurtado, lo que están viviendo este año los aficionados al en su día conocido como “queso mecánico” es algo para olvidar, una pesadilla. Con la lógica deportiva en la mano, sacar el partido adelante debería ser coser y cantar Manolo González y los suyos, pero ciertamente abordar la cita con un exceso de confianza sería un grave error ya que caso de tropiezo quedarían muy tocadas las opciones de los blanquiazules al ascenso directo. Ciertamente, las cifras del Albacete Balompié son un compendio de datos muy negativos: han sumado 5 puntos de los últimos 36 en juego, que reduciendo este margen de tiempo serían 3 de los últimos 18. Sólo han ganado un partido de los últimos 14, en casa ante el Racing de Santander, el 18 de febrero, pronto hará dos meses. Es el tercer peor visitante de la categoría con tan solo un triunfo fuera, en Alcorcón en octubre del pasado 2023, y sus estadísticas son esa solitaria victoria en Santo Domingo, 5 empates y hasta diez derrotas, con un balance de 8 puntos -el peor en esta estadística, el Villarreal B, suma siete-. Han encajado 30 goles fuera del Carlos Belmonte, por dieciséis anotados. A nivel global, le han marcado 48 goles, siendo el segundo equipo más goleado de la categoría -el peor es el filial groguet, con 50-.
Alberto González, con la difícil misión de salvar a un Albacete Balompié en horas bajas; sus problemas defensivos, una ventana de oportunidad para el Espanyol de Manolo González
Hasta hace dos jornadas, ocupó el banquillo del Albacete Balompié Rubén Albés, que durante tres años había dirigido a los manchegos, a los cuales estuvo a punto de subir a Primera el pasado curso, lo que explica el impacto que tuvo a todos los niveles la decisión de los responsables del club blanco de romper su relación.
Ha ocupado su puesto Alberto González que con 44 años y tras 20 de carrera llega al fútbol profesional de la mano del Albacete, un desembarco en el Carlos Belmonte que viene marcado por esta grave situación deportiva. Tras estrenarse ante su afición el Ferrol dejando buenas sensaciones, ahora llega su primer examen lejos de casa, ante todo un Espanyol. El que fuera en su día exitoso entrenador del Linares Deportivo y del Real Jaén lo afronta como un reto exigente en esta carrera a la desesperada por mantener la categoría. Su estilo, ser agresivo en el juego, llevar el peso de los partidos y la apuesta por la verticalidad, por crear ocasiones de gol y atacar rápido aunque con matices, aunque está por ver cómo plantea el encuentro ante un rival de la calidad individual y colectiva del blanquiazul. Una de sus prioridades, atacar la sangría de goles en contra, donde radica en buena medida la explicación de por qué el “Alba” se encuentra en una situación tan comprometida como la actual y que en principio es una buena oportunidad para que los de Manolo González recuperan una capacidad ofensiva algo marchita desde la llegada del gallego, en buena parte por los problemas físicos del pichichi Martin Braithwaite.