Desde hace varios años el FC Barcelona está inmerso en una grave crisis económica que refleja la mala gestión del club estos últimos años. Debido a esta situación y la gran deuda pendiente, la entidad barcelonista se ha visto incapaz de salir al mercado y luchar por grandes nombres, por lo que el presidente Joan Laporta y su directiva decidieron tirar de las famosas palancas para tener capital para salir al mercado de fichajes y poder reformar una plantilla obsoleta. Gracias a este arriesgado recurso, que puede salir caro a largo plazo, llegaron: Lewandowski por 50 millones, Raphinha por 60 millones, Koundé por 50 millones y varios jugadores que quedaban libres. En su día también llegó Ferran Torres por unos 60 millones de euros. Además, el pasado mercado invernal, los culés incorporaron en sus filas al brasileño Vitor Roque por 40 millones más variables.
Realizar este ‘all in’ por esta serie de jugadores es un movimiento más que arriesgado. Pan para hoy y hambre para mañana, como se pudo apreciar el pasado verano, cuando el Barça solo se pudo gastar un total de 3,8 millones. Llegaron Oriol Romeu y un par de jugadores como agentes libres. Asimismo, el decepcionante fichaje invernal de Vitor Roque, por el que se apostó mucho, pone en duda la posibilidad de realizar grandes movimientos este mercado veraniego que se aproxima. Y aunque en el entorno y la prensa culé, como cada año, se habla de grandes llegadas como las de Kimmich o Bernardo Silva, la realidad es muy distinta. De hecho, recientemente, según apunta Fabrizio Romano, se ha caído el fichaje de Guido Rodriguez, jugador que quedaba libre.
Con todos estos movimientos el conjunto catalán arriesgó e hipotecó su futuro por una serie de jugadores que, hasta la fecha, no han dado todo el rendimiento esperado. Lewandowski empezó bien, pero se ha ido desinflando. Algo predecible con la edad del polaco (35), al cual ha criticado gran parte de la afición. Raphinha o Koundé no han llegado a ser los activos decisivos y determinantes por los que la directiva culé apostó. Joan Laporta y su directiva apostaron mucho por el joven brasileño al que Xavi apenas ha dado oportunidades. Ahora, seis meses después de que Vitor Roque aterrizara en la ciudad condal, ya se habla de una posible venta del jugador para recuperar parte de la gran inversión.
Por su parte, los Marcos Alonso, Oriol Romeu, Joao Cancelo, Joao Félix, Iñigo Martínez, etc., ya sea por lesiones o por nivel, tampoco han alcanzado las prestaciones esperadas. Ahora la dificultad de salir al mercado hace que el Barça tenga que tratar de competir con estos jugadores, mientras que el máximo rival por los títulos, el Real Madrid, tiene una de las mejores plantillas del mundo a la que ha incorporado al mejor jugador del mundo, Kylian Mbappé. Se aventuran años difíciles para un FC Barcelona que no solo tiene el problema de la deuda y de salir al mercado de fichajes, sino también el problema de las inscripciones. Cada año, los blaugrana, tienen problemas para inscribir a sus jugadores y esta próxima temporada no será excepcional. Para poder inscribir a todos deberán vender, solución que ya indicó Javier Tebas, presidente de La Liga, hace unos meses: “La solución para el Barça es vender dos o tres jugadores de nivel”. Veremos cómo evoluciona la situación culé, pero, lo que es seguro, es que lo que desea tanto presidente como afición está muy lejos de la realidad.