Grupo B
España: Rodrigo Hernández
La selección española de Luis de la Fuente no se entiende sin Rodrigo Hernández. El madrileño es la teoría del todo de ‘la Roja’ y sin él nada tiene sentido. El mediocentro del Manchester City es el jugador más importante del combinado nacional. En el 4-3-3 de España ocupa la posición de pivote y, De La Fuente, le ha dado las llaves de la medular. Encargado de bajar a la altura de los centrales a sacar el balón, de realizar desplazamientos en largo para girar el juego, de controlar los tempos de cada ataque (la selección acostumbra a realizar ataques y posesiones largas), de hacer de escolta a los compañeros que abandonan su posición, de lanzar la presión tras las pérdidas, etc. Controla todo. Al margen de sus funciones principales, no hay que olvidar que destaca su gran disparo y su poderío aéreo en las acciones a balón parado.
A las órdenes de Guardiola, su nivel se ha disparado a un nivel mundial hasta el punto que, la temporada pasada, quedó quinto en el podio del balón de oro. Ahora está por ver si, con tanta responsabilidad, pero sin tanto talento como en su club, está a la altura de las circunstancias.
Italia: Nicolò Barella
El mediocentro italiano fue una pieza fundamental en la consecución de la última Eurocopa por parte de Italia. Aunque en el cuadro dirigido por Luciano Spalletti tiene un rol distinto al que tiene en su club, su importancia no mengua. En el Inter ocupa una zona más elevada, cerca de la mediapunta. En cambio, en el 3-4-3 que dibuja la selección italiana, se sitúa al lado de Jorginho, en el doble pivote. En esta posición tiene una función más de sacar el balón y llevarlo a la faceta ofensiva, a la cual se incorpora con facilidad. En tareas defensivas en un jugador muy sacrificado que recorre muchos kilómetros y, por tanto, indispensable para la presión que propone Spalletti.
Croacia: Josko Gvardiol
Es por todos sabido que Luka Modrić es la figura indiscutible de esta selección, sin embargo, hay una figura, que pasa muy desapercibida, que cada vez tiene más importancia y responsabilidad en la selección croata: Josko Gvardiol. Aunque su posición principal es la de central, donde rinde de maravillas gracias a su contundencia y su velocidad para corregir al espacio, pero el croata es mucho más que eso. Su gran juego de pies le permite jugar de lateral, aunque en lugar de llegando al ataque, incorporándose por dentro y situándose a la altura del pivote para ayudar en la salida de balón desde atrás. Esto lo hemos visto tanto en Manchester como en la propia Croacia. Su presencia prácticamente en la medular permite mantener las posesiones con un jugador más o bien incorporar un jugador más al ataque. Si, por lo contrario, se queda en el centro de la zaga, su capacidad de corrección al espacio permite estirar la línea algo más o bien situar a Perisić en el lateral zurdo, ya que Gvardiol le cubre las espaldas. En resumidas cuentas: su presencia aporta un amplio abanico de posibilidades.
Albania: Berat Djimsiti
Es el capitán de la selección albana y el jugador con más experiencia internacional de toda la plantilla. El central, que milita en Atalanta y recientemente se coronó campeón de la Europa League, es un seguro atrás. El rol que tiene en su club y en la selección son muy distintos. El cuadro italiano es un equipo atrevido que va a presionar y deja muchos espacios a la espalda, mientras que Albania se protege mucho atrás y apenas abandona el centro de la zaga durante los partidos. Su presencia aporta seguridad y contundencia atrás a una selección que, sin grandísimos nombres, no le queda otra que defenderse bien.
