Este año, el entorno del Espanyol y su técnico Manolo González habrán de estar especialmente atentos al resultado del mercado de fichajes de verano y al inicio del calendario de Primera, al de LaLiga EA Sports. Inmerso en plena economía de guerra, la entidad blanquiazul se lanza al mercado con escasos recursos para afrontar el objetivo de armar una plantilla sólida para enfrentar el reto de la máxima categoría, donde el objetivo es evitar entrar en una dinámica de ascenso y descenso constantes, es decir, convertirse en un equipo ascensor después de que en los últimos cinco años, el primer equipo del Espanyol haya sufrido dos traumáticas pérdidas de categoría.

Con los aficionados reclamando estabilidad y un proyecto que les permita evitar más sufrimiento, no ayudó que en su reciente comparecencia pública el CEO del Espanyol, Mao Ye, y el director deportivo, Fran Garagarza, dejasen meridianamente claro que no habrá grandes inversiones en fichajes. El reto es conservar los mejores activos y al mismo tiempo realizar las necesarias nuevas incorporaciones, que ante la obligación de no realizar gastos excesivos se centrarán en jugadores con contratos próximos a vencer y préstamos. Pese a ser un hombre de club y adecuarse a la situación de la entidad, Manolo González deberá hacerse valer ante Garagarza para lograr el máximo esfuerzo para que se cumplan sus peticiones, y evitar lo que sucedió hace un año con Luis García, que no se atendieron sus exigencias pese a que hizo unas peticiones muy concretas. En este sentido, el ejemplo de lo que sucedió hace un año ha de servir de aviso al gallego.

Mientras acaba de perfilarse la plantilla definitiva del Espanyol, ya que todo hace pensar que nos tocará vivir un mercado con frentes abiertos hasta su recta final, el equipo habrá de afrontar el inicio de curso. Antes de que se disputase el último partido del playoff, LaLiga y la RFEF decidieron sortear la hoja de ruta de los diferentes equipos de la máxima categoría, incluida la del último equipo que subiría, con lo que antes incluso de certificar el ansiado ascenso ya se sabía cuál sería el camino por la competición regular si se lograba el mismo, como así acabó siendo. Pese a que se ha hecho especial hincapié en que el Espanyol tendrá una segunda vuelta especialmente dura, ya que los cinco primeros clasificados de la última Liga pasarán por el RCDE Stadium en esa segunda mitad del calendario, y además cuatro de ellos, de manera consecutiva –Real Madrid (J22), Athletic (24), Girona (27) y Atlético de Madrid (29)-, el estreno en este retorno a la Primera división será también complicado: empezará el curso el 18 de agosto en el campo del Valladolid, posteriormente recibirá a la Real Sociedad y después visitará el Civitas Metropolitano para vérselas con el Atlético de Madrid. En las 14 primeras fechas, se las verá ante otros rivales potentes como Real Madrid (J6), Villarreal (J7), Betis (J8), Athletic (J20), Sevilla (J12), FC Barcelona (J12) Valencia (J13) y Girona (J14). Un verdadero tour de force para los blanquiazules y para un Manolo González que tras aprobar con una nota altísima el reto de subir al equipo se enfrenta a estos dos grandes desafíos.

Decir que este año es especialmente importante se debe a las especiales circunstancias del Espanyol y al perfil de su técnico, Manolo González. Pese a que en su comparecencia de valoración de temporada y presentación del acuerdo con el gallego el director deportivo Fran Garagarza intentaba despejar cualquier sombra de duda al respecto de si la apuesta por el gallego era firme, hay ciertas dudas sobre ese particular. El vasco recordó que Manolo “estuvo a esto de no poder ser entrenador del B porque yo llegaba al límite de la posibilidad de contratarle, logramos hacerlo porque es perico y para él era un reto, ya a partir de ahí en esa apuesta que hicimos fue clave en el ascenso, la estabilidad también va por ahí. La apuesta que hicimos se saldó con buena nota”, pero no se puede olvidar que es de dominio público que en las últimas semanas, antes del anuncio de la continuidad del técnico, el director deportivo del Espanyol estuvo evaluando a varios técnicos, algunos de ellos con fuertes lazos pericos, para ocupar un puesto en el que aparentemente se buscaba mayor experiencia en la máxima categoría. Incluso se insinuó que Manolo González estaba descartado para dirigir al Espanyol en Primera división el domingo, el mismo día en que se consumó el ascenso, lo que deja abiertos diferentes interrogantes: ¿la elección del gallego se basa en una convicción sólida o simplemente porque no había opciones más asequibles? ¿Ha tomado esta decisión convencido de que es lo mejor para el equipo y el club, o ha cedido a la presión popular y mediática? Además, ¿se mantendrá la confianza en él, o correrá la misma suerte que Luis García, destituido tras su primera mala racha de resultados? En definitiva, ¿contará Manolo González con el crédito necesario para llevar adelante su proyecto? En ese sentido, el único aval que sustentará al preparador, como a todo profesional de los banquillos, serán los resultados que consiga en este exigente arranque de singladura por Primera.
