Manolo González es el último caso en que el Espanyol ha decidido la apuesta, para unos arriesgada y para otros natural, de promocionar a un técnico de su filial para darle la responsabilidad de llevar el primer equipo. Hay que decir que muchas veces este movimiento de confiar en un hombre de la casa ha sido coronado por el éxito, pero en otros no ha tenido un final feliz. De hecho, Manolo González, que ciertamente se ha ganado este derecho no ya sólo por su trabajo en la base sino por el éxito del ascenso a Primera, tiene ante si el reto de evitar tener el final de los anteriores dos preparadores que han hecho este tránsito de los banquillos de la CE Dani Jarque a los del RCDE Stadium, Sergio González y David Gallego -obviamos a Luis Blanco ya que su interinidad duró únicamente dos encuentros tras la destitución de Vicente Moreno al final de la temporada 2021-22, logrando sendos empates ante el Valencia (1-1) en casa y en Granada (0-0)- pasaron de sr recibidos con un gran entusiasmo a protagonizar salidas turbulentas.
Sergio González, de ilusionar a la afición a caer por los malos resultados
Remontándonos en el tiempo, encontramos en primer lugar a Sergio González, a quien se le confió la dirección del primer equipo al inicio de la temporada 2014-15. Previamente, había estado al frente del filial perico en la segunda mitad de la temporada 2013-14, donde dirigió 17 encuentros, obteniendo 9 victorias y sufriendo soló dos derrotas. Este desempeño positivo llevó a los directivos a confiar en él para liderar al primer equipo la temporada siguiente.

En su primer año, el papel en LaLiga fue modesto, finalizando en décima posición con 49 puntos, sumando 13 victorias, 10 empates, 15 derrotas, 47 goles a favor y 51 en contra. Sin embargo, estuvo a punto de llevar al equipo a la final de la Copa del Rey: superó al Alavés en dieciseisavos, al Valencia en octavos y al Sevilla en cuartos, pero fue eliminado en semifinales por el Athletic Club. En la temporada 2015-16, una racha de malos resultados, que dejó al equipo a solo tres puntos de la zona de descenso, sumada a una propuesta futbolística que generó descontento en la afición y en el vestuario, condujo a su destitución, siendo reemplazado por Constantin Galca. Curiosamente, este verano el club se habría planteado su repesca, frustrada por la necesidad del catalán de pasar por el quirófano para solventar un problema de cadera.
David Gallego, del éxito como solución de emergencia al fracaso en el año del retorno a Europa
David Gallego tuvo su primer contacto con el primer equipo del Espanyol en las últimas cinco jornadas de la temporada 2017-18, tras reemplazar a Quique Sánchez Flores. Durante ese breve período, logró que el equipo sumara 13 de 15 puntos posibles, dejando una impresión muy positiva. Este buen desempeño y su trabajo previo con el filial lo llevaron a ser elegido como el reemplazo de Rubi en el verano de 2018, cuando este último decidió marcharse al Betis.

La decisión de ascender a Gallego fue recibida con entusiasmo por la afición perica, que veía en él a un entrenador con las cualidades necesarias para gestionar el vestuario y afrontar con éxito el desafío de la competición europea. Sin embargo, la temporada comenzó mal y Gallego no logró cambiar la dinámica negativa, lo que llevó a su destitución en octubre. En ese momento, el equipo se encontraba en penúltima posición con solo cinco puntos, y el mal rendimiento general fue determinante para que la dirección deportiva decidiera cesarlo y contratar a Machín en su lugar. Finalmente, esa temporada terminó con el primer descenso a Segunda división en la era de Chen Yansheng.
Manolo González, con el aval de lograr un ascenso que se había complicado
Ahora, Manolo González, que como decimos tiene detrás de él el aval de haber logrado nada menos que el ascenso a Primera división, tiene ante si el reto de guiar al Espanyol por la Primera división en un momento en que las estrecheces presupuestarias han condicionado seriamente la construcción de la plantilla. Pese a todo, su trayectoria personal, marcada por la perseverancia y una profunda pasión por el fútbol, sugiere que tiene todo lo necesario para transformar este sueño en una realidad tanto para él como para el Espanyol, y que puede lograr acabar la temporada en el puesto, algo que por cierto no sucede desde que lo consiguió otro hombre de la casa, Joan Francesc Ferrer, ‘Rubi’, el año de la clasificación para Europa, justo antes del ascenso del ya citado David Gallego al cargo.

