El Espanyol vivió el pasado sábado ante el Rayo Vallecano un primer triunfo que trajo esperanza a la parroquia perica, y fue en buena parte gracias a las actuaciones de Alejo Veliz y Carlos Romero, dos nombres que empiezan a resonar en las gradas del RCDE Stadium. Estos jugadores, recién llegados como cesiones a un equipo necesitado de soluciones inmediatas, han mostrado en su debut que pueden ser los héroes que el conjunto blanquiazul necesita. Sin embargo, bajo la alegría que han traído a la afición perica, se esconde una realidad incómoda que el pasado lunes reconocían en su comparecencia Fran Garagarza y Mao Ye, al hacer referencia a los jugadores que han llegado este curso en calidad de cedidos: su tiempo en Barcelona será breve y su impacto, necesariamente efímero. Son como es sabido hasta siete los futbolistas a préstamo y sólo alguno de ellos, que el club no ha desvelado por confidencialidad -tan sólo el Ajax informó del caso de Naçi Ünuvar– cuentan con una opción de compra definitiva; un caso que en Europa sólo supera el Empoli italiano, que supera la decena de piezas a préstamo.
Alejo Veliz está encontrando en el Espanyol la continuidad que se le ha negado en los últimos tiempos
Alejo Veliz, un delantero que no logró consolidarse en su club de origen, el Tottenham Hotspur, llegó al Espanyol con la urgencia de demostrar una valía de la que ya dejó buena muestra en su país natal, Argentina.
Tras no encontrar puerta en las primeras jornadas, algo que ya le valió unas prematuras e injustas críticas, su olfato goleador fue clave para cerrar el marcador, evidenciando el potencial que una vez prometió y que parecía algo apagado. El delantero argentino anotó el tanto de la victoria blanquiazul en el minuto 97 de partido, afirmando después del triunfo ‘perico’ que “tenía una espina clavada”, ya que “buscaba el gol y no lo conseguía”.
El futbolista nacido en Gödeken, en la provincia argentina de Santa Fe, estuvo cedido la pasada temporada en el Sevilla FC, club al que llegó en el mercado de invierno procedente del citado Tottenham, quien lo compró el verano anterior a Rosario Central por 15 millones de euros. Durante su etapa en el Sánchez-Pizjuán, Veliz disputó seis partidos, aunque sólo jugó un total de 31 minutos, saliendo desde el banquillo en todos esos encuentros, en cinco de ellos para jugar el descuento. Como reconocía tras el encuentro ante los medios, “no lo pasé muy bien en lo anímico y ese malestar caía en mi familia, mi novia y en los míos, los que siempre estaban. Les regalo la victoria y el gol porque se lo merecen”.
También tuvo palabras para Manolo González y su cuerpo técnico: “Me transmiten desde el día cero que iba a ser importante para ellos y me darían la confianza que necesitaba”. Y es que esta temporada, Véliz ha sido titular desde el primer momento: disputó 70 minutos en la primera jornada contra el Valladolid, los 90 ante la Real Sociedad, y 64 minutos en el empate contra el Atlético de Madrid.
VÉLIZIDAD, QUÉ BONITO NOMBRE TIENES.
Alejo Véliz desata la LOCURA en Cornellá.
Primera victoria de la temporada para el @RCDEspanyol.#LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/gQyhjJTcEd
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) August 31, 2024
Carlos Romero, un talento que ya sabía de antes lo que es reivindicarse lejos de casa
Carlos Romero, por su parte, abrió el marcador a los ocho minutos con una gran jugada dentro del área, como si de un delantero experimentado se tratase, respondiendo a la perfección a la decisión de Manolo González de colocarlo en una posición más avanzada, por delante de Brian Oliván.
Del mismo modo, cuando el caurelao decidió retrasarlo para reforzar la defensa con una línea de cinco, fue determinante evitando bajo palos un gol de Sergio Camello que ya se daba por hecho. Romero se formó en la Academia del Valencia, para posteriormente marchar al Torre Levante donde en solo una campaña acaparó los ojos de muchos clubes de primera, entre ellos el Villarreal, que no tardó en ver talento en él. Romero no tuvo reparo en firmar por el Juvenil División de Honor del Villarreal, cuando en el Torre Levante ya había jugado en el primer equipo. Desde allí subió al C, al B y finalmente, debutó con el primer equipo groguet de la mano del tan querido por el espanyolismo Pacheta. Cuando se daba por hecho que este año tendría ficha del primer equipo del Villarreal, se decidía su salida vía cesión al RCDE.
Jugadores con su destino ya escrito
Ambos jugadores son ejemplos de promesas que sin lugar en estos momentos en sus equipos de procedencia han venido a reforzar a un Espanyol que, necesitado de talento y creatividad en medio de una situación económica complicada, los recibió a ambos con los brazos abiertos. Sin embargo, el hecho de que sus contratos sean cesiones sin opción de compra plantea un dilema inevitable para la afición: estos jugadores, a quienes ya comienzan a tomarles cariño, no permanecerán más de un año en el equipo. Su destino ya está escrito: regresar a sus clubes de origen una vez finalice la temporada, dejando al Espanyol nuevamente a la búsqueda de nuevos salvadores temporales.
Esta realidad dificulta la creación de ídolos duraderos en un club que, históricamente, ha visto partir a sus figuras más queridas. La afición, consciente de la naturaleza temporal de estos refuerzos, disfruta de sus actuaciones pero con la sombra constante de su partida. El hecho de que estos jugadores no generen patrimonio para el club, sino que solo sean soluciones momentáneas, refuerza la sensación de transitoriedad a todos los niveles que planea en el ambiente. No obstante, en tiempos de dificultades financieras, contar con talentos como Veliz y Romero, aunque sea solo por una temporada, representa un parche necesario: su llegada ofrece un respiro en un mar de incertidumbres, permitiendo al Espanyol competir en la Liga con mayores garantías. Aunque su tiempo en el club sea limitado, su impacto puede ser decisivo para alcanzar los objetivos a corto plazo, es decir, la ambicionada permanencia en Primera. La historia del Espanyol, rica en dolorosas despedidas, se suma ahora con estos héroes temporales que, pese a su corta estancia, pueden dejar una huella importante en la memoria del club. La grada, consciente de la situación, parece dispuesta a disfrutar del talento de hombres como Veliz y Romero mientras dure, sabiendo que, aunque solo sean un respiro momentáneo, representan la esperanza en una temporada que promete ser tan intensa como incierta.