El RCD Espanyol atraviesa uno de sus momentos más complicados en términos de gestión y confianza institucional, con la afición mostrando un descontento palpable hacia el propietario Chen Yansheng y la cúpula directiva del club. Sin embargo, y contra todo pronóstico, los seguidores blanquiazules han demostrado una vez más su fidelidad inquebrantable. A pesar de las dudas sobre el proyecto deportivo y las críticas a una campaña de abonos considerada poco atractiva, la respuesta de la afición ha sido contundente, tanto en la renovación de abonos como en la asistencia al estadio.
Una respuesta sorprendente
A comienzos de temporada, muchos analistas y miembros de la prensa especializada preveían un panorama desalentador en cuanto al apoyo de la afición blanquiazul al proyecto. La campaña de renovación de abonos fue recibida con escepticismo por su falta de atractivo, y el descontento con la dirección del club alimentaba las dudas sobre la capacidad del Espanyol para mantener el apoyo de sus seguidores más leales. Sin embargo, la realidad ha superado las expectativas. La campaña de abonos ha recibido una respuesta sorprendentemente positiva, a pesar de las críticas iniciales y miles de aficionados, hasta 30.257 según las últimas cifras oficiales, han renovado, mostrando que, a pesar de los problemas en la cúpula del club, la conexión emocional con el Espanyol sigue siendo fuerte.
Asistencia masiva
Este apoyo no se ha limitado a la renovación de abonos. En los dos primeros encuentros disputados en el RCDE Stadium, la asistencia ha superado los 20.000 espectadores -20.900 ante la Real Sociedad y 22.405 frente al Rayo Vallecano- una cifra que muchos consideraban inalcanzable dadas las circunstancias.

Esta media provisional de 21.652 espectadores está por encima de la del pasado curso en Segunda -19.147- y del anterior curso en la máxima categoría -21.601-. Pese a que es aún muy pronto para hacer proyecciones, la actual es de momento la mejor media de asistencia de lo que llevamos de década.

Este nivel de asistencia es un claro indicador de que la afición del Espanyol sigue comprometida con su equipo, a pesar de las dificultades.
El ambiente en el estadio ha sido ciertamente bueno, con los seguidores creando un entorno de apoyo incondicional para los jugadores en el campo que han agradecido futbolistas y cuerpo técnico. Incluso Fran Garagraza destacaba hace unos días el papel de la grada en los partidos jugados en casa, recordando que “nuestra salvación pasa por nuestro estadio y por hacerlo con nuestra gente, por eso hablo de equipo”. Esta energía positiva contrasta con el descontento hacia la directiva, y demuestra que, aunque existen tensiones en torno a la gestión del club, la pasión por los colores blanquiazules sigue siendo el motor principal de la afición.
Dudas y desafíos
El éxito en la campaña de abonos y la asistencia al estadio no han borrado las preocupaciones de los seguidores del Espanyol. Las dudas sobre el proyecto deportivo continúan, especialmente tras varias temporadas de incertidumbre y resultados decepcionantes. El rechazo hacia Chen Yansheng y la directiva del club sigue siendo un tema candente, con muchos aficionados exigiendo cambios y una mayor transparencia en la gestión del club. No obstante, la afición ha decidido, al menos por ahora, apoyar al equipo en el campo, demostrando que su lealtad va más allá de las disputas internas. Este respaldo es crucial para un Espanyol que busca estabilidad en medio de la tormenta, y puede ser el factor que impulse al equipo a superar los desafíos de la temporada.
Un futuro incierto
El apoyo de la afición blanquiazul es un recordatorio de que el Espanyol es mucho más que sus problemas administrativos y de gestión. A pesar de las dificultades, la parroquia perica sigue comprometida con su equipo, un respaldo que es testimonio de la resiliencia de los seguidores blanquiazules, que, a pesar de los contratiempos, están decididos a acompañar al Espanyol en su lucha por recuperar su lugar en la élite del fútbol español. Sin embargo, para que este apoyo se mantenga, la directiva del club haría bien en tomar medidas para reconectar con su afición, escuchar sus preocupaciones y poner más de su parte mejorar el rendimiento en el campo. El futuro del Espanyol sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: su afición, fiel como pocas, seguirá siendo el pilar sobre el que se construya cualquier esperanza de éxito.
