La vida de José Padrón, destacado futbolista que defendió los colores del Espanyol y que acabó convertido en un activo luchador contra el nazismo, parece sacada de una película. No solo dejó huella en los terrenos de juego, sino también en los campos de batalla. Como recuerda un artículo de José Antonio Felipe, publicado en el ‘Diario de Avisos’ de Tenerife, Padrón fue un hombre de convicciones firmes que luchó tanto en el fútbol como en la resistencia contra el nazismo.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1907, Padrón inició su carrera futbolística en el Santa Catalina y más tarde en el histórico RC Victoria. Su talento lo llevó a fichar por el RCD Espanyol, donde se convirtió en uno de los delanteros más técnicos del equipo entre 1925 y 1930. Con el club blanquiazul, Padrón ganó un Campeonato de Catalunya y una Copa del Rey, dejando una marca imborrable en la historia del club. Además, fue internacional con la selección española, logrando una histórica victoria ante Inglaterra en 1929.
Sin embargo, su vida dio un giro drástico con la Guerra Civil Española y su posterior exilio en Francia. Padrón abandonó el fútbol profesional y se sumergió en la militancia antifascista, convirtiéndose en miembro del Partido Comunista Francés y de la Resistencia durante la ocupación nazi. Fue parte de la famosa “Nueve”, la primera compañía aliada que liberó París en 1944.
Padrón nunca regresó a España, incluso rechazando una invitación de Josep Samitier para la inauguración del Camp Nou en 1957. Falleció en 1966, cumpliendo su promesa de no volver a su país hasta que el dictador dejara de gobernar. Su legado como futbolista del RCD Espanyol y como luchador contra el nazismo sigue siendo recordado, tanto por los aficionados como por los historiadores, como una vida marcada por la fidelidad a sus principios y su valentía.
