El fútbol argentino vuelve a ser epicentro de la polémica, esta vez con Andrés Fassi, presidente de Talleres de Córdoba, como protagonista. Hace solo unos meses, el empresario argentino fue noticia por su participación en las negociaciones para adquirir el Espanyol, como parte de un grupo empresarial que incluía a Alejandra de la Vega y Paul Foster, propietarios del FC Juárez y responsables de la compañía MountainStar Sports Group. Las conversaciones con Rastar, actual propietario del Espanyol, no prosperaron, pero el interés de Fassi por expandir su influencia en el fútbol europeo sigue latente.
Fassi denuncia haber sido agredido por un árbitro
Volviendo a los hechos en cuestión, tras la eliminación de su equipo ante Boca Juniors en los octavos de final de la Copa Argentina, Fassi denunció haber sido agredido por el árbitro del encuentro, Andrés Merlos, mientras que éste asegura haber sido amenazado con armas de fuego por el dirigente y su entorno. El encuentro entre Talleres y Boca se decidió en una ajustada tanda de penales tras un empate en el tiempo reglamentario. Sin embargo, la polémica surgió en el transcurso del partido, cuando el árbitro Andrés Merlos no anuló un gol de Boca, pese a que el balón había salido del campo previamente, y pitó un dudoso fuera de juego que impidió que el conjunto cordobés se adelantase en el marcador. Estos fallos fueron suficientes para que Fassi estallase: el presidente de Talleres, visiblemente molesto, se dirigió a los vestuarios tras el partido. Lo que sucedió a continuación elevó el conflicto a niveles inesperados: Merlos denunció públicamente que Fassi y dos personas armadas ingresaron a su vestuario para amenazarlo asegurando que sintió verdadero temor por su vida.

Las versiones enfrentadas
Mientras Merlos mantenía firme su acusación de haber sido amenazado con armas de fuego, Fassi ofreció su propia versión de los hechos, alegando que fue Merlos quien lo agredió esencialmente con un golpe en el rostro. “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, Merlos va a tener una denuncia penal. Nunca vi algo igual en mi vida. Que un árbitro le pegue una trompada al presidente ya un vicepresidente, no lo escuché nunca”, afirmó Fassi frente a los medios .
El presidente de Talleres también acusó a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) de perjudicar sistemáticamente a su equipo y puso en duda la transparencia del colectivo en el país: “Hay muchísimas situaciones dando vueltas, se sigue perjudicando a Talleres“.
Un escándalo con implicaciones políticas
Este no es el primer conflicto al que se enfrenta Fassi en los últimos tiempos. El escándalo con Merlos podría tener consecuencias a largo plazo, no solo en el plano judicial, sino también en la percepción pública del dirigente. Fassi, que ha sido defensor del modelo de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) que promueve el presidente argentino Javier Milei, ha manejado a Talleres con un enfoque empresarial, buscando implementar una modernización del fútbol argentino que choca con las estructuras actuales. Este episodio también reaviva la discusión sobre el estado del fútbol de aquel país, donde los problemas arbitrales, la falta de transparencia y las luchas de poder entre dirigentes y árbitros son moneda corriente. La postura de Fassi y su enfrentamiento con Merlos se enmarcan en una coyuntura política en la que el nuevo presidente Javier Milei busca impulsar un cambio profundo en el fútbol, favoreciendo la entrada de capital privado en los clubes a través de las SAD. Por su parte, Claudio Tapia, quien se opone tajantemente a la privatización de los clubes, ha mantenido silencio hasta el momento, aunque se espera que la AFA emita algún comunicado en los próximos días. En tanto, la FIFA observa de cerca estos acontecimientos, consciente de las implicaciones que pueden tener en el panorama global del fútbol. Las denuncias cruzadas entre Fassi y Merlos ya han comenzado a ser investigadas por la justicia, y la AFA deberá intervenir para esclarecer los hechos. Mientras, Talleres sigue siendo un equipo competitivo en la liga argentina y ha visto como de la mano de Fassi ha mejorado enormemente en el terreno económico, pero su presidente enfrenta un desafío mucho mayor fuera del campo de juego: restaurar su imagen y demostrar que su versión de los hechos es la verdadera.
