La reciente salida de Ignasi Senabre del Espanyol B ha sacudido al club blanquiazul, revelando profundas inquietudes sobre su funcionamiento interno. El reconocido periodista de Onda Cero José Agustín Gómez, una auténtica autoridad por lo que respecta al fútbol base perico, ha abordado la situación en La Grada Ràdio, ofreciendo un análisis exhaustivo sobre el impacto de este caso.
José Agustín Gómez no dudó en calificar la situación como un duro golpe para la imagen del club, afirmando: “Es triste para la imagen de un club histórico como el Espanyol; se daña la imagen de una entidad histórica, que tengas un entrenador que aparezca en el acta como un utilero ha de doler”. Esta afirmación resalta el problema que ha suscitado la aparición de Senabre en el acto como encargado de material, un hecho que puede ensombrecer la reputación de la entidad.
El periodista explicó que la crisis ha puesto en evidencia la necesidad de depurar responsabilidades internas. “Algunos ya las están asumiendo, veremos si hay más cambios, que creo no habrá muchos”, comenta José Agustín, subrayando que, aunque algunos responsables están tomando medidas, no se espera una reestructuración significativa en el corto plazo.
En cuanto a la gestión de la situación por parte de Fran Garagarza, director deportivo del Espanyol, Gómez indicó que estaba al tanto del problema, pero indicando que ha sido otra víctima de la situación: “Me consta que Garagarza era consciente de la situación porque pregunta y le dicen que está todo en marcha para solucionarlo, pero no hay solución”, explica Gómez, que añade: “Garagarza creo que es víctima, le han engañado, ha pecado de buena voluntad creyendo que está en curso de solucionarse, pero es el máximo responsable y si tienes dudas, llamas a la Federación o a la escuela donde te han dicho que estaba realizando el curso”.
La falta de los títulos necesarios por parte de Senabre, como el UEFA Pro o el técnico deportivo superior, ha sido una cuestión crucial. A pesar de las afirmaciones sobre una convalidación pendiente, explica que la Federación no tenía constancia de cambios en la normativa y no se ha demostrado que Senabre estuviera realizando los cursos necesarios para poder entrenar en la categoría, algo a lo que se accede “teniendo el título de UEFA Pro, que no lo tiene, o haciendo un técnico deportivo superior que se puede hacer a través de una escuela de entrenadores, y tampoco lo tiene. Desde el club se ha dicho que se estaba esperando una convalidación, pero desde la Federación desconoce que tuviese que haber algún cambio iniciada la temporada. No me consta que Senabre estuviera haciendo un curso para poder entrenar en Segunda RFEF”.
La crisis alcanzó su punto culminante en una reunión entre Garagarza y Senabre el lunes, cuando se habría tomado la decisión de prescindir del preparador dado que el tema iba a entrar antes o después en conocimiento de los medios, comenta Gómez, resaltando que la presión mediática y el posible daño a la imagen del club llevaron a tomar esta decisión. Aunque Garagarza es conocido por su carácter exigente y su tendencia a intervenir en el trabajo de técnicos y jugadores, Gómez aclara que esta no fue la razón principal de la salida de Senabre. Más bien, el principal problema fue la falta de titulación, que resultó insostenible: “Hubo una reunión el lunes entre Fran Garagarza y Senabre, ahí debió tomarse la decisión que el club no podía seguir porque el tema iba a entrar antes o después a los medios. Todos sabemos el carácter de Garagarza y lo que deben llevar los técnicos que llegan en la mochila. En el partido ante el Sant Andreu ya hubo una intervención de Garagarza, pero quien llega ya sabe lo que hay: el director deportivo es muy intervencionista, recrimina cosas a técnicos y jugadores, es exigente y funciona así, va a tope con todo. Sabes que eso has de llevarlo en la mochila. Me dicen que no es la razón principal de su salida el intercambio de opiniones con Garagarza, sino un tema que el club no podía aguantar más, tener un entrenador que no tenía el título”.
Finalmente, José Agustín Gómez concluye que el incidente ha sido especialmente perjudicial debido a la aparición de Senabre en las actas como utilero, lo que ha causado el mayor daño al club. “Sentarse ahora mismo en el banquillo sería un fraude para la entidad, y estamos hablando del Espanyol. El acta donde aparece como utilero es lo que más daño le está haciendo en la entidad. Fran Garagarza ha aprendido de quién puede fiarse y de quien no, ha de darse cuenta de quién ha fichado para el fútbol base, de quien es Jaume Milà“, subraya Gómez, resaltando la gravedad del problema. El episodio ha demostrado la necesidad de revisar y reforzar los procesos internos en el fútbol base para evitar futuros contratiempos y preservar el prestigio de una entidad como la blanquiazul.