El incidente ocurrido durante el partido entre el Espanyol y el Villarreal, que podría acarrear graves sanciones para el club blanquiazul, ha tomado un nuevo giro tras las declaraciones públicas de Òscar, el aficionado responsable de lanzar un vaso que impactó en el árbitro Quintero González.
En una entrevista concedida a El Suplement de Catalunya Ràdio, ha roto su silencio para lamentar profundamente los hechos: “Quiero pedir disculpas públicamente tanto al Espanyol como al árbitro y la afición perica por lo que hice. No me quiero excusar porque fue vergonzoso, con los nervios, al acabar quise protestar ante el árbitro y tenía un vaso en la mano, lo lance hacia arriba con la casualidad que le di en el pecho”.
El suceso, que tuvo lugar en un momento de alta tensión en el estadio, puede generar una posible sanción económica para el club y, en el peor de los casos, el cierre del estadio. Òscar reconoció que el lanzamiento no tenía ninguna intención de herir al colegiado. “Fue dirigido al árbitro pero no con la intención de hacerle daño”, insiste.
A pesar de su arrepentimiento inmediato, el aficionado aseguró que intentó, en varias ocasiones, pedir disculpas directamente al árbitro oa algún representante arbitral: “Estoy arrepentido desde el primer momento. En cuanto me identificaron, pedí si podía ir a hablar con el árbitro o algún representante suyo a pedir disculpas, pero me dijeron que era imposible”, se lamenta.
Tras el incidente, Òscar fue detenido e identificado por los Mossos d’Esquadra, quienes confirmaron su identidad a través de las cámaras de seguridad del estadio. Según su relato, se mostró completamente colaborador desde el inicio: “Me detuvieron, lo primero que hicieron fue identificarme; colaboré con ellos, fui yo, pero tuvieron que por mirar cámaras, tuvieron que verificar si era socio, que no. Soy aficionado, era la primera vez que iba al campo este año. La mañana del viernes me puse en contacto con el club, con el Colegio de Árbitros para pedir disculpas, por correo; el club me contestó. Arrepentido, avergonzado del acto que hice, sin excusas”.
Sobre las posibles consecuencias legales, Òscar, que es consciente que cada acto tiene una consecuencia, reveló que no tiene abogado y que está a la espera de más información: “No sé nada, sólo me dijeron los Mossos que me habían denunciado por la Ley del Deporte y que me fuese a casa, no me dieron más explicación”.
Finalmente, en un tono de genuino pesar, Òscar reitera sus disculpas a todos los afectados por su reacción: “Sobre todo, quiero pedir disculpas a la afición, al árbitro, que me gustaría pedirle disculpas, estoy a disposición de la entidad; no tiene disculpas lo que hice”.
El Espanyol, por su parte, continúa en una situación delicada ante la posibilidad de enfrentar sanciones que podrían afectar la presencia del público en futuros partidos, mientras se espera la resolución.
