El Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol tiene previsto emitir hoy miércoles su resolución sobre el lanzamiento de un vaso que impactó en el árbitro Alejandro Quintero González al finalizar el partido entre el Espanyol y el Villarreal, disputado el pasado 26 de septiembre en el RCDE Stadium. Este pronunciamiento del Comité ha generado gran expectación, dado que la sanción podría tener implicaciones significativas para el club blanquiazul.
El colegiado, en su informe oficial, detalló así lo ocurrido: “Una vez finalizado el partido, encontrándonos en la entrada al túnel de vestuarios, se produce un lanzamiento de un vaso de plástico de tamaño medio y lleno de líquido hacia mi persona, impactando en mi pecho con fuerza. Dicho objeto fue arrojado por un aficionado que portaba una camiseta del club local desde encima del túnel”. Quintero González solicitó la identificación del agresor, lograda con éxito gracias a la intervención de las fuerzas de seguridad. Según la valoración de los servicios médicos del Espanyol, no se detectaron lesiones de ningún tipo en el colegiado.
El caso cobró mayor complejidad cuando el Comité de Disciplina decidió aplazar la resolución inicialmente prevista para el viernes pasado. Según explicó el órgano disciplinario, se requería mayor información antes de tomar una decisión definitiva. En un comunicado, el comité mencionó que se había solicitado al Espanyol que presentara sus alegaciones y pruebas pertinentes en un plazo de dos días, además de requerir el Acta de Partido de la Oficina Nacional de Deportes, firmada por el coordinador de seguridad del evento.
Este tipo de incidentes pone de manifiesto el desafío de controlar el comportamiento de ciertos sectores de la afición y el impacto que estos actos pueden tener tanto en la imagen del club como en las decisiones disciplinarias. Aunque el Espanyol ha colaborado con las autoridades para identificar al responsable, que se ha disculpado tanto en privado como de manera pública con la entidad blanquiazul y su afición, la decisión del Comité podría incluir una sanción económica al club, la clausura parcial del estadio o incluso medidas más severas, dependiendo de la gravedad que se le atribuya al hecho: lo más normal es que el club sea sancionado con un apercibimiento de cierre o, en el peor de los casos, un cierre parcial de la grada, siempre con una multa económica, ya que como argumentos de descargo consta que fue un hecho aislado y que el árbitro no sufrió lesiones.
El veredicto arrojará por fin luz sobre las consecuencias para el club perico, que afronta esta situación en medio de una temporada ya marcada por la tensión deportiva y la necesidad de mantener la calma entre sus aficionados.
