El alcalde de Badalona y reconocido seguidor del Espanyol Xavier García Albiol ha sido entrevistado en el programa Llobregat Blanc-i-blau para trasladar su percepción sobre la actualidad del club blanquiazul. Tras la última derrota en San Mamés y en un momento crucial para el equipo, Albiol ha analizado la situación deportiva del club, las previsiones para los próximos partidos y el papel de la directiva en un año de gran desafío. Sus comentarios, como siempre, están destinados a generar debate entre los seguidores espanyolistas.

García Albiol reconoce que, como el resto de pericos, vivió con decepción la derrota en San Mamés, pero se niega a incendiarlo todo: “Creo que estamos en muy buenas manos, soy muy fan de Manolo González, es el mejor entrenador para el Espanyol, pero el equipo ha de estar al 100% para poder ganar los partidos, y si no pasa lo del sábado. A los 5 minutos cuando nos hicieron el primer gol cambié. Soy de los que lo sufre mucho, soy muy perico; estoy esperanzado: estamos en el puesto 15, ni en puesto de descenso, no nos pongamos nerviosos. Nuestra Liga no está con el Athletic, sino con los equipos de la mitad para abajo… El Barça le metió 5 al Sevilla, el Athletic de Bilbao es también un buen equipo, ante conjuntos como el nuestro que si no tienes el día puede que salgas retratado, con un saco de goles. Optimismo y tranquilidad, y a ganar el viernes en casa”. En este mismo sentido, ha insistido en que “de momento estamos en una zona tranquila que es lo que merece la afición tras unos años convulsos y agitados, si quieres crear afición necesitas estabilidad deportiva y social, y sólo se consigue ilusionando a la gente
Cuestionado por si los miembros de la resistencia perica que hay entre la clase política mantiene contacto con algún chat, explicaba García Albiol: “No, hay muchas diferencias ideológicas pero aquí coincides, hace tiempo hicimos una comida de políticos pericos con Rufián, Illa, éramos unos cuantos. Es un signo de hermandad dentro de la disputa política. También Turull es perico, contentos y manteniendo el orgullo aunque estamos en minoría. En mi gobierno somos 18, de los que le gusta el fútbol la inmensa mayoría son pericos. Yo empecé yendo al Espanyol cuando tenía 16 o 17 años, mi afición llegó con la primera UEFA, en el 88. Antes ya iba pero como no tenía dinero iba con un amigo a Sarrià, esperábamos cuando el portero iba y nos metíamos adentro, empecé a aficionarme y soy un socio 4.000. Sí que dije, ‘si no subimos este año me borro’, aunque no lo hubiera hecho. Un día mi hijo me dijo ‘soy del Barça’, lo cogí, lo tiré contra la pared -es broma-, le dije que se quedaba sin herencia, pero al cabo de los meses cambió y es un auténtico tifosi, está obsesionado, ha heredado pero multiplicado por 5 la obsesión de su padre por el fútbol”.