El fuera de juego semiautomático, una de las grandes novedades de la presente temporada en LaLiga EA Sports, sigue decidiendo partidos y al mismo tiempo generando acaloradas discusiones entre la prensa, los analistas y los aficionados de a pie. El último episodio de esta polémica se vivía este domingo en el Reale Arena en el partido entre la Real Sociedad y el FC Barcelona: en el minuto 14, Robert Lewandowski marcó un gol que pareció abrir el marcador para el conjunto azulgrana pero, tras la revisión, el sistema semiautomático de fuera de juego detectó que el delantero polaco estaba adelantado por la punta de su bota. El tanto fue anulado, y aunque el árbitro Guillermo Cuadra Fernández lo había dado inicialmente, la tecnología decidió que no se moviese el marcador. En el entorno barcelonista no tardaron en surgir críticas feroces acusando al sistema de haber tirado mal las líneas, pero, ante la intervención de la inteligencia artificial, no hubo marcha atrás.

Esta indignación azulgrana contrasta con el silencio por lo sucedido en el derbi de Montjuïc en que al Espanyol se les anularon tres goles, dos de ellos por fueras de juego mínimos. El primero, obra de Jofre Carreras, habría supuesto el 2-1 para devolverles al partido, pero el fuera de juego milimétrico de Omar El Hilali invalidó la jugada. Luego, Álvaro Tejero anotó lo que parecía el primer gol perico, pero la tecnología lo anuló por un fuera de juego apenas detectable. Posteriormente, Manolo González, entrenador blanquiazul, intentó contener la frustración, aunque admitió que la decisión le sacó de sus casillas: “No he visto aún las jugadas, me han dicho que han sido justas, muy justas… Es el fuera de juego semiautomático, ¿no? Está bien, está bien. Es lo que hay”. Una aceptación resignada que no oculta el malestar perico: tres goles anulados en una tarde que pudieron haber cambiado el desenlace del encuentro.

Este lunes, en La Grada Ràdio hemos abordado estas cuestiones con Nacho Tellado, un arquitecto que se hizo conocido en España por sus intervenciones en Punto Pelota y posteriormente El Chiringuito y que ahora es responsable de Archivo VAR.
De entrada, hay que saber cómo funciona esta tecnología: lo hace gracias a una decena de cámaras independientes a la retransmisión televisiva que están situadas en la cubierta del estadio y que capta el movimiento de todos los jugadores y del balón. Para ello, capta 29 puntos de los futbolistas hasta 50 veces por segundo para calcular su posición exacta en el campo. En el SAOT los árbitros que están en la sala VAR solo tienen que determinar el frame exacto, que debe coincidir con el primer contacto con el balón a la hora de realizar el pase, para que luego la herramienta trace directamente las líneas del atacante y el defensor. Además, la herramienta genera imágenes en 3D para recrear, en función a los datos recogidos por las 12 cámaras, la jugada y mostrarla posteriormente a los espectadores que siguen en directo la retransmisión televisiva. Precisamente esas recreaciones gráficas están en el centro de la polémica.
Nacho Tellado, que lleva analizando esta tecnología desde antes de su implantación en LaLiga, se ha lamentado de que este problema está pasando constantemente, pero que sólo alcanza repercusión cuando afecta a uno de los clubes grandes. Para el analista, también existe la duda de si es cierto que los balones incorporen un chip como defienden sus promotores: “En el pasado Mundial se utilizó el chip, pero hablamos de una competición pequeña que dura pocos días y con unos balones limitados, pero a mí aquí nadie me lo ha enseñado, no entiendo el tema, escapa de mi conocimiento. Hay un desconocimiento enorme de esta tecnología, yo ya demostré en su día que el sistema de líneas no funcionaba y se ha cambiado por otro que creo que es igual de malo. En su día se dijo que se aplicaba con un algoritmo cuando no dejaba de ser un gráfico que se adelantaba o atrasaba manualmente. Y ese era el famoso sistema que costaba 4 millones de euros”. “Es un sistema de andar por casa, muy arcaico y precario”, insiste Tellado, que ejemplificándolo en una de las jugadas del pasado derbi concluye que “no puedes ir al milímetro con una tecnología que no es adecuada para ello. Si yo supiera que hay un sistema como el anterior de líneas que da fallos lo que haría es ofrecer un producto que solventase el problema, pero son muy listos, es mejor quitar la imagen real y poner una virtual que puedes modificar a tu antojo. Ya la cogen desde muy lejos porque pueden cambiarla sin que se note. El método perfecto para analizar un fuera de juego sería algo intermedio, el 3D solapado con la imagen real y que sirva como complemento, no para la decisión final”. “Veo más incompetencia que mano negra, no está bien gestionado dar tanto poder tecnológico a los árbitros”, afirma en cualquier caso.