Lamine Yamal, Dani Olmo, Alejandro Balde. Estas son algunas de las figuras emergentes que brillan en el actual Barça, pilares fundamentales para el equipo de Hansi Flick. Sin embargo, detrás de estos nombres se esconde una historia común: el Espanyol fue quien primero detectó su talento con el balón, aunque no logró retenerlos. Así lo analiza Roger Requena en el diario Ara, en un artículo donde relata cómo la batalla por captar promesas no es nueva, pero para el Espanyol, llegar primero ya no basta. “El Espanyol funciona como un cazatalentos más para el Barça”, afirma Àngel Morales, ex responsable administrativo del fútbol base perico. Según explica, en múltiples ocasiones jugadores prometedores, como Balde y Olmo, ya estaban comprometidos con el Espanyol cuando el Barça, alertado por el entorno del jugador, intervino y logró llevárselos. “Es clave ir deprisa, anticiparse y no hacer mucho ruido. Pero cuando hay tanta gente de por medio es difícil mantener fichajes en secreto”, admite.
Un éxodo que empieza temprano
El Barça captó a Dani Olmo y Alejandro Balde a edades muy tempranas: nueve y ocho años, respectivamente. En el caso de Lamine Yamal, considerado uno de los mejores y más altos valores futbolísticos del mundo, el Espanyol lo descubrió cuando marco tres tantos en una prueba.
Retener talento: un desafío constante
Para que la salida de jóvenes talentos futbolísticos no prosiga, el Espanyol ha puesto en marcha los siguientes preceptos preventivamente: la redacción de documentos para los menores de entre 12 a 16 años por jugadores, en las que se establece una disposición por la que las familias se tendrán que negociar una indemnización económica si el joven deportista decide fichar por otro club. Aun así, el problema sigue con los menores de 12 años. “Cuando incorporamos a un niño debemos generarle un sentimiento de pertenencia con el club”, asegura el coordinador del fútbol base perico, Jaume Milà.
Fran Garagarza, director deportivo, refuerza esta idea: “Queremos mejorar el 28% de jugadores que tenemos en el primer equipo formado en casa en los próximos dos o tres años. Por eso queremos acortar los procesos, pero no a cualquier precio; sólo pueden llegar los que lo merezcan y estén preparados”.
El Espanyol como puente hacia la élite
Más allá de lo deportivo, Morales destaca que la relación con los clubes de donde provienen los jugadores debería ser una prioridad. “Por los jugadores que fichábamos, había una parte fija y luego variables en función de su edad o de si llegaban al filial o al primer equipo. Nuestra filosofía era que, si había un posible escenario de éxito, todo el mundo saliera beneficiado”, explica.
Sin embargo, esta filosofía no es recíproca con el Barça, que continúa atrayendo talentos blanquiazules sin compensación. El desafío para el Espanyol está claro: blindar a sus promesas y convertir la Ciudad Deportiva Dani Jarque no solo en una fábrica de talentos, sino en un hogar irrenunciable para estos talentos emergentes por los que Ara cuantificó hace dos años el club azulgrana ha obtenido un rédito económico de más de 86 millones de euros por al menos 40 jugadores.
