Carlos Romero afronta un momento de especial intensidad y también de emotividad tanto en el plano personal como en el deportivo. El lateral del Espanyol, cedido por el Villarreal, ha mezclado las exigencias de LaLiga con la preocupación de su tierra natal, que sufrió recientemente una DANA que provocó daños catastróficos en varios municipios de la Comunidad Valenciana. En una entrevista con Roger Requena del Ara, Romero ha reflexionado sobre cómo ha vivido estas semanas y sobre la situación actual del Espanyol, que pelea por escapar de los puestos de descenso.
La DANA: una tragedia personal y colectiva
El pasado 29 de octubre, el mismo día en que cumplía 23 años, Torrent y otras localidades de la Comunidad Valenciana quedaron inundadas a causa de unas intensas lluvias. ” Estaba en una videollamada con mis padres, felicitándome por mi cumpleaños. Les saltó una alerta en el teléfono. En ese momento aún no estaba lloviendo, pero después de un tiempo se cayó la conexión”, cuenta Romero. La incertidumbre caracterizó las horas siguientes, con cortes de electricidad y comunicaciones. Aunque finalmente todos sus familiares y amigos estuvieron a salvo, el futbolista vivió con angustia el desastre desde la distancia. “En el caso de un amigo no supimos nada hasta el día siguiente. Por suerte, todos los conocidos pudieron salvar su vida; están bien y sólo han tenido que lamentar algún daño material”, explica.
Dolor
Rabia
Impotencia
Toda mi fuerza y pensamientos están con vosotros 💙💛❤️🩹🙏🏻 https://t.co/unOg2Zj7gd— Carlos Romero (@carlosromeroo11) November 4, 2024
Aprovechando el reciente parón por selecciones, Romero y su pareja pudieron viajar a Valencia y constatar el alcance de la tragedia. “Era increíble; parecía haber pasado una guerra. En Torrent quedó especialmente afectada una zona cercana al barranco. En el pueblo de mi mujer seguían conviviendo con una montaña de coches, basura y barro. No se respira demasiado buen ambiente”, lamenta. Con dureza, el defensa critica la gestión política de la catástrofe y reivindica más recursos para la recuperación: “Los políticos no han sabido gestionarlo ni lo están sabiendo hacer, y todavía queda mucho trabajo por hacer. Aparte de limpiar todo el barro habrá que ayudar a las empresas para que no se pierdan puestos de trabajo”.
El fútbol, un respiro necesario
En medio de esta situación, Romero se ha mantenido comprometido con su equipo, aunque reconoce que el fútbol ha pasado a un segundo plano. Cuatro días después del desastre, disputó el derbi contra el Barça en Montjuïc. Sin embargo, admitió sentirse dividido a nivel de sensaciones: “Mi familia y amigos están levantando barro y me gustaría estar allí con ellos. Creo que es lo que debería estar haciendo ahora mismo. Me duele estar aquí jugando y no poder ayudar a los que de verdad lo merecen”.
Esa misma semana, Carlo Romero impulsó al Espanyol a colaborar con los afectados por la DANA. La entidad, en coordinación con la Curva RCDE, organizó una recogida de material y alimentos que resultó un éxito. “Me sorprendió todo lo aportado. El Espanyol es un club grande y actuó como punto fiable de recogida”, destaca el jugador.
El reto de la permanencia
El foco de Carlos Romero vuelve ahora al césped, donde el Espanyol afronta un momento crítico en su lucha por mantenerse en la Primera división. Este sábado, el equipo visita Montilivi para enfrentarse al Girona, con la necesidad urgente de sumar puntos. “Si nosotros no nos vemos capacitados para salvarnos, nadie lo hará. Será un año difícil para la mayoría de equipos de la Liga; muchos buscamos la salvación, pero trabajaremos para salir de la zona de peligro”, asegura. El lateral subraya la importancia de lograr la permanencia para consolidar el proyecto deportivo: “La permanencia daría un plus a la entidad para estabilizarse. Estamos en una situación delicada en lo que respecta a los puntos, pero estamos dando la cara en todos los partidos”.
Cedido por el Villarreal, Romero no quiere pensar en el futuro más allá del final de la temporada: “Por el momento sólo estoy centrado en la permanencia. No sé qué va a pasar; esto lo hablan mis agentes y los dos clubs”. Mientras tanto, destaca lo bien que se ha adaptado al Espanyol: “Estoy muy cómodo con los compañeros y el staff, y el Espanyol es un club muy familiar”.
