El próximo sábado, a las 18:30 horas, el Espanyol se juega algo más que tres puntos frente al Celta. Para Manolo González, el técnico que devolvió a los pericos a Primera división, este partido podría significar el fin de su etapa al frente del banquillo blanquiazul si los resultados vuelven a ser adversos. En Cornellà ya suena con fuerza el nombre de Sergio González como posible relevo, mientras que Fran Garagarza, director deportivo del club, reflexiona sobre una decisión que podría marcar el rumbo de la temporada.
El gallego, que asumió el cargo el pasado marzo tras los ceses de Luis García y Luis Miguel Ramis, logró un histórico ascenso eliminando al Oviedo en los play-off, pero su regreso a la élite está siendo una pesadilla. El Espanyol es penúltimo con 10 puntos en 13 jornadas, un balance que incluye tres victorias, un empate y cuatro derrotas consecutivas, la última un doloroso 4-1 frente al Girona.
Un patrón en las decisiones de Garagarza
Si algo destaca en la gestión de Fran Garagarza es su peculiar forma de actuar en los momentos críticos. Tanto Luis García como Ramis fueron cesados tras empates, y no derrotas, lo que genera incertidumbre sobre qué resultado podría ser definitivo para Manolo González. Ramis, por ejemplo, fue despedido tras un 1-1 frente al Alcorcón pese a acumular 25 puntos en 16 partidos. Luis García, con 24 puntos en 14 jornadas, dejó el cargo tras empatar ante el Eibar con un gol rival en el minuto 98.
Un técnico forjado en el barro
Nacido en Folgoso do Courel, provincia de Lugo, y criado desde los tres años en Catalunya, se vio obligado a dejar su carrera como jugador a los 21 años debido a una grave lesión de rodilla. Desde entonces, el fútbol dejó de ser un sueño y pasó a ser una pasión que canalizó desde los banquillos.
Primero se forjó como técnico en equipos como el de Badalona, donde entrenó a Gerard Moreno, y la Montañesa. Después, su carrera le llevó por clubes como el Ebro, donde alcanzó los dieciseisavos de la Copa, hasta finalmente el Espanyol B, antes de dar el salto al primer equipo. Su ascenso a Primera fue un logro totalmente merecido de quien, a menudo, fue señalado muy injustamente como poco capacitado para los retos que asumía.
El Celta, juez de su destino
En un giro del destino, el sábado Manolo González se enfrentará al equipo de su tierra natal, el Celta, dirigido por Claudio Giráldez, un técnico que, como él, ascendió desde las categorías inferiores hasta la élite. Será un duelo de estilos y destinos entre dos gallegos que representan la perseverancia en los banquillos. “Lo que me preocupa es que el equipo vuelva a ganar. Las otras cosas no dependen de mí”, declaró Manolo tras la goleada en Girona. Sin embargo, en un club como el actual Espanyol, la paciencia tiene un límite y el sábado podría llegar el momento de decidir si el gallego continúa o si su etapa como técnico blanquiazul llega a su fin.