El Espanyol se enfrenta este lunes a un partido crucial. Medirse al Getafe en el Coliseum no solo supone la posibilidad de salir de los puestos de descenso, sino también la oportunidad de desterrar el estigma que le ha perseguido durante toda la campaña: su exasperante fragilidad fuera de casa. Con solo un punto de 21 posibles como visitante, el conjunto dirigido por Manolo González tiene ante sí un reto monumental en su lucha por la permanencia.
Un balance que pesa como una losa
La clasificación de LaLiga EA Sports no engaña: si sólo se contabilizaran los partidos a domicilio, el Espanyol sería el peor equipo de la competición. Los números son claros y preocupantes: un empate, seis derrotas, solo cuatro goles a favor – uno en propia puerta – y 17 en contra.
El último episodio de esta preocupante dinámica tuvo lugar en Montilivi, donde los pericos cayeron con estrépito ante el Girona (4-1). Más allá del resultado, el partido dejó en evidencia algo más grave: el equipo no respondió, ni en carácter ni en recursos, para competir en los malos momentos.
Un calendario duro
No todas han sido malas sensaciones, queriendo rescatar algo positivo. El caso es que al Espanyol le tocó jugar fuera de casa ante equipos de primer nivel, en escenarios como el Bernabéu y el Metropolitano o Montjuïc -plazas de primera categoría que complican la ambición visitante-, y en algunos de esos partidos, como en el empate en el feudo del Atlético de Madrid o en la segunda parte con el Barça, los blanquiazules mostraron algunos chispazos de solidez y competitividad que ahora necesitan solidificar.
Todo o nada en el Coliseum
El choque ante el Getafe de este lunes será en este sentido será una auténtica prueba de fuego para el Espanyol. La victoria permitiría abandonar la zona de descenso y darle un golpe de efecto a la clasificación, además de inyectar confianza en el vestuario blanquiazul en un momento clave de la temporada. Manolo González y los suyos saben que ya no hay margen para los errores. En cualquier caso, este lunes es una gran oportunidad para el Espanyol de reivindicarse tras el desastre de Copa, cambiar el discurso y empezar a escribir de una vez otra historia lejos del RCDE Stadium. Los tres puntos no sólo son importantes a nivel de clasificación sino también en la moral de un equipo que necesita creer en sí mismo si quiere seguir luchando por su objetivo: la permanencia.
