A pesar de la dolorosa derrota sufrida en el Estadio de Gran Canaria ante la UD Las Palmas, el Espanyol mantiene de momento su confianza en Manolo González. El técnico gallego, que tiene al equipo en zona de descenso a un punto de la permanencia, seguirá al frente del banquillo al menos hasta el inicio de 2025. Así lo ha decidido el club, que por ahora descarta tomar la drástica medida de un cambio en el banquillo.
La continuidad de Manolo González no parecía asegurada tras la última derrota, pero la dirección deportiva ha optado por darle un margen de confianza. En la rueda de prensa posterior al partido contra los canarios, el preparador insistió en que el equipo tiene herramientas para revertir la situación y, como ya apuntó en la previa del encuentro, subrayó que desde dentro del club se tiene constancia del trabajo que se está llevando a cabo.
Así, salvo que se produzca un giro inesperado de los acontecimientos, Manolo González dirigirá al equipo en el crucial duelo contra el Leganés, el primer partido de la competición tras el parón navideño. Ese enfrentamiento será si duda una auténtica final en la lucha por la permanencia, y el entrenador blanquiazul, cuyo rostro serio y cariacontecido contrastaba con algunas otras actitudes sobre el terreno de juego que no han tardado de levantar las críticas de la afición, confía en que servirá para cambiar el rumbo de un equipo que sigue sin encontrar la regularidad necesaria para salir de los puestos de peligro. Manolo sabe que los resultados son la única manera de mantener vivo el proyecto deportivo en una temporada que ya se perfilaba desde su inicio iba a ser extremadamente complicada.
Manolo tal vez no sea la solución; lo que no es, eso está claro, es el problema
En cualquier caso, el debate sobre si Manolo González es la solución para el Espanyol está más vivo que nunca. Pero una cosa es innegable: él no es el problema. El técnico, con sus limitaciones y aciertos, ha intentado sacar agua de un pozo vacío. El verdadero problema reside en quien planificó una plantilla mermada de talento y carácter, incapaz de levantarse tras cualquier adversidad. Este equipo, que parece hundirse al primer revés, refleja una propiedad indolente con una gestión deportiva deficiente, donde la ausencia de jugadores con experiencia y liderazgo ha dejado al Espanyol en una posición de máximo peligro. La pregunta no es si Manolo puede salvar al equipo, sino si alguien, con estos mimbres, podría hacerlo.
