La contracrónica del Espanyol – Leganés, por Juan José Caseiro.
Finales en enero
Me faltaba la experiencia de vivir un gol como local muy lejos del estadio. A 1.350 km de Cornellá, celebré en medio de la Grand Place de Bruselas el gol de Cabrera. Experimenté la sensación de tantos pericos que, a mucha distancia, siguen los avatares de un equipo metido en pleno mes de enero, en la primera de las finales que quedan hasta el cierre de la temporada.
Les hablaré de lo que vi en la segunda parte, la primera me pillaba con el ojo ‘guiñao’ atendiendo compromisos familiares. Joan corregía algún error con paradas de pulpo en los mano a mano, no tuvo Kumbulla la estabilidad que acostumbra y el Lele ya lleva dos goles, éste en una buena acción de pizarra. Va tomando cuerpo que Brian se queda de dueño de la izquierda y preocupa Omar; debe decidir si prefiere aprender o querer hacerse ‘el veterano’ cuando aún no ha alcanzado ni 100 partidos de profesional.
Es palmario que Pol juega con molestias y Král cada vez que intenta llegar a todo, acaba no terminando nada. Tejero en la medular, lo intenta, pero es cuerpo extraño en zona de especialistas.
A Antoniu le desgasta hacerlo todo a máxima velocidad, siendo el más atrevido; Jofre se ha frenado cuando hace un mes parecía que se pasaría el juego y Puado de enroque en enroque hasta salir del tablero.
A falta de refuerzos, contaremos con Expósito y el antebrazo apartó a Veliz del éxtasis. Cómo andaremos de escasos, que Calero fue el pivote en los minutos finales. Cheddira una bala que se perdió y les garantizó que Cardona tocó 8 balones y falló 7. Ya me dirán…
Miren; Nadal, LeBron, Tiger Woods, Phelps, los Lakers, Ferrari… se quedan pequeños al lado del Espanyol, el equipo que más finales juega por temporada. Decimos que han empezado en enero, aunque algunas se llevan disputando desde agosto. Como dijo el sabio, ‘las finales se ganan, no se juegan’. Nosotros solo las jugamos y si del segundo no se acuerda nadie, imagínense quién pensará en el que desciende. Sólo nosotros.
Juan José Caseiro