Este domingo, el Espanyol se enfrenta a uno de los grandes desafíos de su temporada en la visita al Reale Arena para jugar contra la Real Sociedad. Tras haber superado una de sus grandes asignaturas pendientes la semana pasada, lograr un triunfo inesperado ante un gran rival al vencer al Real Madrid en casa, ahora el equipo de Manolo González debe dar el siguiente paso: romper su prolongada mala racha fuera de casa, donde la victoria se ha convertido en una auténtica utopía.
Con 245 días sin ganar a domicilio, el Espanyol se encuentra en una situación delicada en cuanto a su rendimiento a domicilio. La última victoria data del 9 de junio de 2024, en la ida de la semifinal del playoff de ascenso, ante el Sporting de Gijón en El Molinón. En aquel encuentro, un gol de Javi Puado le dio la victoria al equipo blanquiazul, en una alineación que, hoy en día, es casi una foto del pasado, con nombres como Joan García, Omar El Hilali, Calero, Cabrera, Pere Milla, Keidi Bare, Gragera, Nico Melamed, Jofre, Puado y Braithwaite sobre el campo.

Desde entonces, la tendencia fuera de casa no ha sido buena. En lo que va de temporada, el Espanyol es colista en cuanto a resultados a domicilio, con apenas 2 puntos obtenidos en 10 partidos (2 empates y 8 derrotas). Solo 5 goles a favor, mientras que ha encajado un alarmante total de 20 goles en contra. La fragilidad defensiva y la falta de efectividad ofensiva lejos del RCDE Stadium se han convertido en una losa difícil de levantar.

Sin embargo, el equipo llega a esta cita en San Sebastián con un impulso renovado tras el triunfo ante el Real Madrid, un resultado que, si bien no soluciona todos los problemas del equipo, ha generado un rayo de esperanza en la plantilla y en la afición. Y es que, en una jornada en la que se dan algunos enfrentamientos directos entre equipos implicados en la lucha por la permanencia, sumar los tres puntos en el campo de la Real Sociedad significaría un paso importante en la clasificación y un golpe de moral que podría cambiar el rumbo de la temporada.
El conjunto vasco se presenta a priori como un rival propicio para acabar con este maleficio: a su mala racha de resultados con tres derrotas seguidas en la competición doméstica Real Sociedad de Imanol Alguacil hay que unir que son el 5º peor conjunto como local, con 14 puntos en once encuentros fruto de 4 victorias, 2 empates y hasta 5 derrotas, 10 goles a favor y 12 en contra, con un balance negativo de -2. Sólo UD Las Palmas, Alavés y Leganés (13) y el colista Valladolid (12) han ganado menos puntos antes sus respectivas aficiones que los txuri-urdin. Una situación que comienza a pesar como una losa para los de Imanol.
Sin embargo, la presión para el Espanyol es aún mayor. Una victoria en San Sebastián no solo serviría para romper esta racha que se está eternizando partidos sin ganar fuera de casa, sino que también podría dar un importante impulso clasificatorio, alejando a los blanquiazules de los puestos de descenso y acercándolos a la zona media de la tabla.
El reto para el Espanyol es claro: la victoria supone más que tres puntos; es una cuestión de autoestima, de cerrar heridas que han dejado secuelas durante toda la temporada. Es una oportunidad para demostrar que el equipo ha aprendido de sus errores y que, a pesar de las dificultades, sigue vivo en la lucha por la permanencia en la élite del fútbol español.
En este sentido, las palabras de Manolo González se han vuelto aún más necesarias: “No podemos pensar que una victoria fuera de casa nos arregla todo, pero sí puede ser un punto de inflexión”, expresó el técnico en varias entrevistas. Así que, con el recuerdo de aquella victoria en Gijón y la necesidad de salir del pozo en el que se encuentra la clasificación, el Espanyol debe plantar cara a la Real Sociedad con la convicción de que, si pueden vencer a los gigantes, también pueden superar este reto crucial lejos de casa.
