La contracrónica del Real Sociedad – Espanyol, por Juan José Caseiro.
La película de siempre
Las dobles sesiones de cine nos hacían pasar la tarde entera viendo dos películas. La que hacía de telonera despertaba menos interés y se podía ver tanto antes como después de la principal. Alavés-Getafe y Valencia-Leganés daban paso al partido que el Espanyol iba a jugar en tierra de cine y de donde solo nos traemos la nominación como candidatos al sufrimiento.
Una enorme parada de Joan no bastó para llegar al final comiendo perdices; el spoiler es decirles que hubo desajustes en defensa, poniendo el drama en el marcador a los 39”: primero Omar y después Cabrera, central metido en el papel de lateral. Kumbulla y Calero no bastaron en el doblaje de funciones, sometidos por la falta de pivotes de contención.
De secundarios a protagonistas, Aguado mejoró un dubitativo primer acto, Expósito parece estar, por ahora, para cortometrajes y Kral, lleva un tiempo sin ofrecernos efectos especiales.
Se puso de inicio a Roca, figurante que no recibía balones, igual que Roberto, especialista al que no pusimos en acción. Puado, se llevó el MVP, un Oscar honorífico de 90 minutos.
A la banda sonora del duelo llegó Veliz, que no alcanzará la etiqueta de jugador de culto, Jofre que interpreta el guion del gusto del entrenador y Tejero, con baja aportación a la trama. Cheddira fue el último intento por conseguir un final feliz.
El universo Matrix es que tras derrota y a un punto del descenso, se avance un puesto. Fue la película de siempre: un principio especulativo, un chispazo aislado que igualaba el duelo y un final previsto, porque el director rival cambia de actores sin modificar el argumento. No contamos nosotros con ese privilegio y de aquí al final de liga, estamos obligados a que cada actuación sea una obra maestra.
Juan José Caseiro
