El mundo perico llora la pérdida de Alfred Torras, que fuera vicepresidente del RCD Espanyol hasta su renuncia en el año 2002. Su fallecimiento supone la marcha de una figura destacada en la historia reciente del club, un directivo con ideas propias que marcó una etapa en la entidad blanquiazul.

Torras desempeñó un papel determinante en la comisión deportiva del Espanyol, especialmente en la época en la que el primer equipo era dirigido por José Antonio Camacho, con quien le unía una excelente relación. Su influencia fue disminuyendo tras la marcha del técnico, al tomar posiciones divergentes respecto a la mayoría del consejo de administración y al propio presidente Dani Sánchez Llibre. Finalmente, su intento de reestructurar algunas de las áreas del club, junto a Jordi Alberich y Ferran Martorell, no prosperó, y la renuncia de sus compañeros de junta precedió a la suya.
Uno de sus últimos grandes servicios al club fue intentar el regreso del técnico de Cieza al banquillo tras la salida de Juande Ramos. Sin embargo, las reticencias de parte del consejo y la falta de un respaldo firme impidieron que la operación llegara a buen puerto. Posteriormente, Torras se aproximó a la plataforma opositora Espanyol 3.0, que lo consideró una figura idónea para liderar una candidatura alternativa a la de Sánchez Llibre.
Con su fallecimiento, el Espanyol pierde a un directivo con personalidad, criterio y un fuerte compromiso con el club. Descanse en paz.
