El entrenador del RCD Espanyol, Manolo González, concedió una entrevista a La Pizarra de Quintana donde abordó temas como su cercanía con la plantilla y los aficionados, el respaldo de la dirección deportiva en los momentos complejos y la importancia de individualidades como Joan García, Omar El Hilali o Javi Puado.
Su identificación con la afición y su cercanía con los jugadores
En primer lugar, Manolo González explicaba su naturalidad y su cercanía con afición y jugadores: “En rueda de prensa intento responder a lo que me preguntan y explicar las cosas de una manera que la gente lo pueda entender. Intento ser claro, no busco nada en especial. Con la afición y con los jugadores he tenido suerte, desde el primer día conecté con ellos. La salud de un equipo se mide en como entrenan los que menos juegan. Desde que llegué en Segunda, los que menos jugaban eran los que más celebraban los goles y ahora también. Todos están unidos y saben que lo podemos sacar si estamos juntos”.
Sobre su trato con el jugador, comentaba: “Soy de dar explicaciones cuando hay que darlas, cuando a veces no he puesto a un jugador que está entrenando bien, le explico mis motivos, en ese caso sí que lo hago, pero no si no hay ninguna explicación que dar. En mi carrera he tenido plantillas a nivel humano muy buenas, jugadores que me han ayudado a ser mejor entrenador”.
Respaldo del club en los momentos difíciles
También habló sobre la posibilidad de ser destituido. Manolo González, que nunca ha sido destituido en su carrera, reflexionaba: “En una carrera tiene que haber suerte, pero también es elegir al sitio donde vas; en el Ebro me decidí a ir por Ander Garitano pese a tener mejores propuestas económicas, él me defendió en un mal momento y acabamos metiendo al equipo en Copa del Rey y tuvimos opciones de playoff hasta el final. Este año, cuando pierdes en Girona como pierdes, es el día que sientes que te puedes ir. Por suerte Fran Garagarza también apostó por mí y creyó que era la persona idónea para seguir. Si un día me destituyen, puede ser el dia más doloroso cuando llegue. Por el tipo de trabajo que tenemos los entrenadores, sabes que te puede pasar, pero será un dia doloroso. Ni me lo imagino ni me lo quiero imaginar. Me pongo en la piel de compañeros que les ha pasado y es doloroso”.
Acerca de las perspectivas de salvación, no hace cálculos: “Viendo cómo va la liga, hay resultados sorprendentes, uno de abajo es capaz de ganar a uno de los tres primeros. Si pudiera llegar salvado a la última jornada, mejor. Ya me la jugué a vida o muerte contra el Oviedo el año pasado y eso para el corazón no es bueno”.
Las adaptaciones tácticas de esta temporada y las dificultades fuera de casa
Manolo González se caracteriza por su flexibilidad táctica. Sin embargo, por el bien del equipo, ha variado su modelo: “Al inicio de liga intentábamos cambiar el sistema y presionar más arriba. A partir de Girona decidimos variar menos la idea, y creo que eso le ha dado al equipo un poco de estabilidad al simplificar. El sello es más reconocible. Ascendimos por defender muy bien y queríamos dotar al equipo de esa seguridad, eso nos ha ayudado a mejorar los resultados. El día del Sevilla en casa, el gol viene de saltar mal nosotros. A partir de ahí tratamos de que no nos encuentren las espaldas, proteger la espalda del centro del campo y viajar juntos. Eso te da seguridad.
Además, destacó la importancia de los tres centrocampistas en su equipo: “La última vez que jugamos con tres centrales nos generaron mucha superioridad por dentro por el miedo a que te superen. Cuando no haces una cosa bien, tienes que intentar cambiarlo. Con tres en el medio, el equipo está más junto, analizamos las distancias entre líneas y las distancias de relación y decidimos hacer el cambio”.
También habló de las dos caras del equipo, que es uno en casa y otro lejos de su afición: “En casa, el equipo está seguro y contraataca. Fuera, nos cuesta más por la dinámica de no ganar y puntuar muy poco. Cuando el rival te hace media ocasión, el equipo lo nota psicológicamente. En Vitoria empezamos bien, pero a partir de un error defensivo fuimos a peor. Es un hándicap que tenemos y que tratamos de mejorar.
Joan García, Omar El Hilali y Javi Puado, fundamentales en su Espanyol
A nivel individual, Manolo González no se esconde a la hora de hablar de sus jugadores más diferenciales: “En los equipos de fútbol hay cracks, lo han sido Leo Messi o Cristiano Ronaldo en su momento, y nuestro crack está en la portería. La gente dice que para mucho, pero precisamente por eso no lo sacamos del once. Lleva mucho en el equipo y no lo han puesto antes. Él ha sabido esperar su momento y su rendimiento ahora es espectacular”. Y sobre su posible salida, se sincera: “El miedo siempre está cuando hay una cláusula. Yo la hubiera pagado, no porque Joan sea mi portero, sino porque lo veo entrenar cada día. Con la edad que tiene, su juego de pies y las situaciones que evita, es muy diferencial. Si fuera Luis De La Fuente, lo convocaría sin dudas”.
Con Javi Puado, explicó que “Nos gustaría que juegue siempre cerca del punta. Juega de banda izquierda, pero hacia dentro, cerca del nueve. A nivel defensivo juega por fuera porque es muy disciplinado y sacrificado. Eso le hace más completo y ayuda más al equipo. Respecto a Omar El Hilali, ha mejorado el 1×1 y la defensa de los centros laterales. Ahora queremos que mejore en la toma de decisión con balón. Lo está mejorando y ojalá le sirva para ser un lateral de recorrido en Primera División”.
También reflexionó sobre la gestión que tiene que hacer cuando llega un nuevo jugador: “Al principio cuesta con los que vienen de otras ligas. Alex Král dice que la Bundesliga no tiene nada que ver con LaLiga, que es más compleja a nivel táctico. Cada competición tiene sus características que la definen. El buen jugador se adapta rápido. Roberto Fernández ha venido con muchas ganas, mucha hambre. Viene de hacerlo muy bien en el Málaga y es una oportunidad para él. Trabaja, se asocia bien y en el área nos da mucho”.
Su carrera como jugador y sus inicios como entrenador
Preguntado acerca de su carrera como jugador, Manolo González se sincera: “No me vería jugando en este Espanyol. Mi evolución deportiva no fue la que tenía que ser. Me hubiera encantado ser jugador, más que entrenador, sin duda. Me retiro en su momento porque veo que no voy a llegar donde me hubiera gustado. Igual que haré ahora en los banquillos, cuando vea que no voy a entrenar con ganas, me dedicaré a otra cosa. No me avergüenzo de donde vengo. A la gente le hizo gracia lo del autobús, se ve que la gente nació rica y no ha tenido que trabajar en su vida. Por suerte, me he ganado la vida trabajando y entrenando. Cuando me dediqué a entrenar, entendí que vivir de lo que te gusta es ser un privilegiado”.