El Espanyol ya ha puesto en marcha la cuenta atrás para celebrar su 125 aniversario, y lo ha hecho con un acto en el que, más allá de recordar su historia de resistencia y orgullo, ha querido reivindicar su papel en Barcelona y Catalunya.
El evento ha servido para estrenar el vídeo “Artesans del Futbol”, donde dos generaciones de porteros pericos, NKono y Joan García, protagonizan un simbólico viaje a Ceràmica Villegas para recoger una pieza con el logo conmemorativo del aniversario. Un logo que no es casualidad: inspiración noucentista, el clásico panot de las aceras barcelonesas y la senyera catalana. Todo un guiño a la identidad del club.

Después de la presentación del vídeo, el historiador del Espanyol, David Tolo, ha dado paso a Alberto Ariza, responsable del Área Social, que ha explicado la importancia de estos actos para devolver a la sociedad parte de lo que el club ha recibido. “Queremos que toda la familia perica participe”, ha afirmado. Para ello, habrá una Cursa Solidaria, colaboraciones con distintas asociaciones, se participará en la tradicional subida a Montserrat, y el 28 de octubre, día del Aniversario y culmen de todos estos actos, en colaboración con la ONCE, se lanzará un cupón especial con el logo del aniversario, llevando así la imagen del Espanyol a nivel nacional. Y eso no es todo: han prometido más sorpresas que se irán desvelando con el tiempo.
Otra de las iniciativas destacadas en estos ocho meses previos a la gran fecha que está marcada en rojo en el calendario será la visita de la Comisión del Aniversario, presidida por Dani Sánchez Llibre, a distintas instituciones catalanas. El es máximo mandatario perico, que ha explicado las razones que le llevaron a aceptar la propuesta de Mao Ye, se ha mostrado ilusionado con la tarea encargada por el CEO perico: “Estoy muy contento de participar y de hacerlo junto a gente muy significada del espanyolismo”.

Por su parte, el presidente de la Fundació, Antoni Fernández Teixidó, ha querido poner en valor el origen del club: “Nació del deseo de unos jóvenes estudiantes catalanes de tener un equipo propio, a diferencia de otros con referentes más lejanos, como Suiza o Basilea”. También ha adelantado que el broche final de las celebraciones tendrá lugar en un sitio muy especial: el paraninfo de la Universitat de Barcelona, donde estudiaban los fundadores del Espanyol. “Queremos que ese acto sirva no solo para recordar el pasado, sino para contarle a Barcelona y Catalunya cuál es el futuro del club”, ha añadido.
El cierre del evento ha tenido como protagonista al CEO del Espanyol, Mao Ye, quien ha dejado un mensaje de reconocimiento al legado histórico del club, y en el que ha querido también hablar de ambición cara al futuro: “Estamos aquí en el acto inaugural del 125 aniversario, y arrancamos con mucho orgullo por los 125 años de historia, por los valores que nos han llevado hasta aquí y todo el camino que nos queda por recorrer. Nuestro club ha recorrido estos 125 años con una idea muy clara, representar con pasión y convicción a las personas que sienten estos colores. En este tiempo hemos tenido momentos de gloria, momentos de lucha, pero siempre con la cabeza alta y el corazón firme porque esto no es solo fútbol. Es una familia, una identidad y un legado que pasa de generación en generación. Estamos aquí honrando el pasado pero mirando al futuro con determinación, un futuro que hemos de construir entre todos con esfuerzo, ambición y sobre todo con fidelidad a nuestra identidad, a nuestros principios. Seguiremos construyendo, innovando y soñando sin perder de vista lo que nos hace únicos, y eso es gracias a todas las personas que han formado parte de estos 125 años de historia y los que contribuyen para hacerla aún más grande. No es un año sólo de celebración, sino un punto de partida en que hemos de seguir escribiendo con pasión y valentía los próximos capítulos de nuestra historia. Damos el punto de partida a esta nueva etapa del Espanyol”.
Para cerrar el acto, un gesto lleno de simbolismo: dos niños del fútbol base han dado el saque de honor con un balón que portaba Mao Ye, marcando oficialmente el inicio de un año muy especial para el espanyolismo.