Hablar con Manolo González es charlar con un tipo sin filtros. No le va la exposición mediática, ni las redes sociales, ni todo ese envoltorio que rodea al fútbol de élite. “A mí lo que me gusta es entrenar”, dice sin rodeos el técnico del Espanyol en una entrevista concedida a El País. Directo y cercano, así es el hombre que ha devuelto la esperanza a un club y a una afición que han pasado por todos los estados emocionales en los últimos tiempos.
Desde su llegada, ha conseguido ganarse a la plantilla. “No lo sé, hago lo de siempre: intentar que el jugador esté cómodo dentro del colectivo y, sobre todo, hablarle de cara y con respeto”, explica. No cree en las distancias insalvables entre entrenador y futbolista, pero tampoco en la colegueo: “Si te haces amigo de la mitad de la plantilla, te tienes que ir. Ahí ya no decides de manera objetiva”.
Lo tiene claro: el grupo está por encima de cualquier individualidad. “Si un jugador está por encima del grupo, se empieza a torcer todo”, sentencia. En su manera de entender el vestuario, la clave es la credibilidad: “Si ves que lo que les dices no se traslada al campo, también te tienes que ir. Se acabará muriendo, seguro”.
Un entrenador sin redes sociales y con el Espanyol en el corazón
A diferencia de la mayoría de los entrenadores actuales, Manolo González pasa de las redes sociales: “Son una basura. Te distraen, hacen perder el tiempo y permiten la barra libre para decir cosas sin respeto”. Su energía está enfocada en su trabajo, en su equipo y en su club. Porque sí, su club es el Espanyol. Llegó a la entidad blanquiazul, en principio para entrenar al filial, por convicción, aunque le costara rechazar mejores ofertas. “Siempre quise estar aquí. Cuando me llamaron rechacé ofertas de mayor categoría. Puedo decir que perdí dinero por venir al Espanyol“, confiesa.
Y no es la primera vez que da un portazo a lo que no le convence. De niño, tuvo la opción de fichar por el Barcelona y no se lo pensó dos veces: “Me lo dijo mi entrenador y respondí que allí no iba. Nunca me ha gustado el Barcelona. No es que me haya hecho nada, pero no fui y ahora tampoco iría. Ya sé que tampoco me van a llamar, pero realmente no iría”.
La tormenta tras el Girona y su visión del fútbol
Manolo González sabe lo que es caminar en la cuerda floja. En la primera vuelta, tras un mal partido en Girona, su continuidad estuvo en el aire. “Fue complicado. Nunca me han despedido de un club y en ese momento estaba fastidiado. Llegar a la élite te cuesta una vida y ves que en un momento se te puede ir todo al traste”, reconoce. Pero el club decidió seguir confiando en él. “No creo que fuera por dinero, simplemente el director deportivo creyó en nosotros”, apunta.
Asegura que su gran logro ha sido hacer que los jugadores crean en lo que hacen: “Nos hemos adaptado. Cambiamos cosas tácticas, como no presionar tan alto, modificar conceptos defensivos o no ser tan protagonistas con el balón, pero ellos lo compraron y lo pusieron en práctica”. Y si eso le vale para que le llamen defensivo, no tiene problema: “Prefiero que me llamen defensivo y que el equipo esté en Primera”.
Sus referentes en el fútbol tampoco sorprenden: “Mi técnico referencial es Unai Emery. Ha hecho un gran fútbol en todos los equipos por los que ha pasado”. Y ahora, en la previa de un nuevo duelo ante el Girona, Manolo González tiene claro lo que quiere: “Es un partido especial. Primero, porque fue nuestro peor partido. Y segundo, porque es un equipo catalán como nosotros. Tenemos que salir a ganar, convencidos de lo que somos”.
