El Espanyol encara la recta final del campeonato con una hoja de ruta clara. Manolo González parece que ha dado con la tecla y su once inicial es prácticamente inamovible. Un equipo reconocible, sólido y aunque sin florituras ni una propuesta que enamore precisamente al menos sabe a lo que juega. En lo estrictamente deportivo, las noticias son buenas: no hay sancionados, no hay lesiones importantes y los pocos jugadores que están fuera por los compromisos internacionales volverán en breve. Por lo que respecta a la enfermería, Pablo Ramón ya ha debutado y Gragera apunta a reincorporarse en las próximas semanas, si no hay mayres contratiempos.
Pero no todo es tranquilidad. Hay un pequeño nubarrón en el horizonte y tiene que ver con las tarjetas. Javi Puado y Omar El Hilali están a una amarilla de la suspensión y, si cae alguno, el Espanyol perdería a piezas fundamentales en momentos clave.
Puado es el máximo goleador del equipo con 8 tantos y lidera la estadística de tiros a puerta con 39, muy por delante de Jofre (21). Su capacidad de aparecer en fase ofensiva en el momento justo es oro puro para los blanquiazules. Omar, por su parte, es el pilar defensivo en el lateral derecho y sus números lo confirman: 33 pases cortados (más que Cabrera, que suma 25, y Kumbulla, con 23), 66 entradas ganadas (el doble que Král) y líder absoluto en duelos. Un titán en la banda.
El resto de la plantilla está más tranquila en este aspecto. Cabrera y Roca acumulan 3 amarillas, Kumbulla lleva 7 y jugadores como Joan García, Álvaro Tejero, Brian Oliván, Edu Expósito, Alejo Veliz y Walid Cheddira apenas suman 2. El resto, una o ninguna.
¿Solución? En el caso de Puado, con algo de suerte y control, podría librarse hasta final de temporada. Omar lo tiene más difícil. Por su estilo de juego y una impetuosidad e intensidad con el rival que pese a estar dominando aún hace acto de presencia en ocasiones, ver una tarjeta en los 11 partidos que quedan es casi inevitable. Pero si hay un equipo acostumbrado a superar obstáculos, ese es el Espanyol. A seguir con la racha y, si toca perder a alguien por sanción, que al menos no sea en un partido especialmente clave, aunque llegados a este punto del curso, todos lo son para los blanquiazules.
