La situación del Espanyol sigue generando inquietud entre la afición, y en La opinión del día de La Grada Ràdio, Ricardo Martínez desde México ha sido contundente en su análisis. La sensación de que el club está librando una batalla con recursos limitados, mientras otros equipos parecen moverse con un viento a favor desde los despachos, es cada vez más difícil de ignorar.
“Tendremos que coger los remos y remar lo máximo que podamos, porque esta respuesta que le han dado a Mao Ye de que todo está bien y que Del Cerro Grande ya no pitará más al Espanyol ni me va ni me viene”
Así se manifiesta nuestro colaborador con cierto escepticismo. Porque, al final, la historia ya la conocemos: promesas vacías, silencios cómplices y un equipo que tiene que jugar contra más de once en el campo.
Martínez no oculta su preocupación por el arbitraje en el fútbol español.
“Estoy muy preocupado por el estamento arbitral, es increíble, aparte de haber visto el documental del Reus Deportiu, cómo hay una evidente corrupción en todos los estamentos del fútbol, que ni culés ni madridistas quieren ver. Sólo se ponen las gafas de su equipo y no pueden ser objetivamente críticos”
La indignación de los pericos no es gratuita: errores, casualidades sospechosas y decisiones que siempre parecen caer del mismo lado terminan por hacer mella en cualquier equipo, pero especialmente en uno que ya carga con una historia de injusticias a cuestas.
El caso del Mallorca fue, para muchos, un punto de inflexión.
“Creo también que el Espanyol se ha posicionado bien en el caso de Mallorca, pero tantos y tantos errores arbitrales no pueden ser casualidad. Creo que esto está colapsando de tal modo que la competición ya ha sido adulterada en estas instancias de la competición, y ya no se podrá arreglar. Así que estamos otra vez con nuestros propios recursos, que son muy pocos, así que Manolo González y los suyos deberán agarrarse los machos otra vez y sacarnos de ésta”
Resignación y realismo. Si el Espanyol quiere salir adelante, no puede esperar favores ni justicia: toca sobrevivir con lo que haya.
Y en ese panorama, la única esperanza parece estar en un cambio de rumbo a nivel institucional.
“Creo que ahora hay una cierta institucionalidad mínima en el club, pero estoy esperando con ansias la venta, es lo único que me da un poco de esperanza. La venta y que se acabe esta maldita temporada y que sigamos en Primera”
Una idea que resuena con fuerza entre la afición. Porque si algo ha quedado claro es que el Espanyol no puede permitirse otro año en la cuerda floja, dependiendo de decisiones ajenas y esperando que los errores sean, de verdad, sólo errores.