Ha aterrizado con buen pie Roberto Fernández (Puente Genil, 03-07-2002) en el Espanyol. Apenas dos meses en el club y ya ha dejado huella con goles y entrega. Lo curioso es que, pese a haber pasado por el filial del Barça, la afición perica le ha acogido con los brazos abiertos. Ahora, con el Atlético de Madrid en el horizonte, el delantero vive un momento clave de la temporada. En una entrevista con Àlex Biescas para el diario As, Roberto analiza su presente en el Espanyol, el interés que tuvo en su día el propio Atlético en ficharle y su deseo de quedarse en el club blanquiazul.
Tras el parón, llega uno de los retos más exigentes de la temporada, un duelo contra el Atlético de Madrid, que además viene con ganas de resarcirse tras sus últimos tropiezos. Roberto lo tiene claro: “Sí, porque viene uno de los equipos más fuertes de la Liga. Creo que el Atlético va a llegar con ganas después de haber caído en la Champions frente al Madrid y contra el Barça en la Liga. Pero nosotros, en cualquier caso, vamos a ir con todo para intentar llevarnos los tres puntos”.
El equipo afronta el partido tras un choque contra el Mallorca que dejó ciertas decisiones arbitrales que dieron que hablar. Sin embargo, el vestuario parece decidido a no darle más vueltas. “No, nosotros ya no tenemos que centrarnos en eso. Debemos pensar en nosotros mismos, en nuestro juego, hacer las cosas bien y enfocarnos en lo que sabemos hacer”.
Roberto no ha tardado en ganarse el cariño de la afición, algo que no siempre es fácil cuando se ha vestido la camiseta del eterno rival. Desde el primer día ha conectado con la grada, y él cree que la clave está en su entrega: “Creo que desde el primer día conecté con la afición. Quizá es que siempre intento dar lo mejor de mí. Que, en todo este tiempo que me queda, la gente se quede con un buen sabor tanto por el trabajo que hago como por mis goles”.
El Espanyol de Manolo González es un equipo en el que los delanteros no solo deben esperar en el área, sino que también tienen que sacrificarse en defensa y en la presión. Para Roberto, es algo natural. “Es cierto que lo que queremos los delanteros es tener ocasiones. Y estamos teniendo pocas, pero es que no queda otra. No soy un jugador que me cabree por el estilo de juego. Lo que pretendo es ayudar al equipo, y espero tener más oportunidades”.
Desde su llegada, ha tenido un protagonismo inesperado, aunque él confiaba en lo que podía aportar. “No me lo esperaba, pero sabía qué jugador soy y qué podía aportar al equipo. La verdad es que me están saliendo bien las cosas”.
El delantero venía de una etapa complicada en Portugal, donde no encontró la continuidad deseada. Parecía tener la espina clavada de volver a sentirse importante, y lo está logrando en el Espanyol: “Sí, tenía ganas de demostrar lo que ya había mostrado en Málaga. Me era indiferente que fuera otra competición, yo lo que quería era volver a sentirme importante en un club”.
Llama la atención una estadística que le persigue desde hace años: sus equipos no pierden cuando marca. Él mismo se sorprende. “Sí, aunque me enteré el año pasado. Me sorprendió porque no lo sabía. Y el último partido que perdí habiendo marcado, en 2020, fue del Juvenil A del Málaga contra el Juvenil B, así que había que perder (ríe). Ahora, cada vez que marco, me digo a mí mismo: ‘Tranquilos, que no perdemos’. Es un dato curioso y espero seguir sumando partidos así”.
En cada gol, su celebración con el dorsal ‘2’ se ha convertido en una especie de firma personal. Por ahora, no planea cambiarla. “Si me ha ido bien así, ¿por qué no seguir haciéndolo? Veremos si contra el Atlético”.
Curiosamente, antes de fichar por el Espanyol, el Atlético de Madrid estuvo interesado en él. Sin embargo, las condiciones no encajaron. “Sí, hubo interés real, pero era una negociación que comportaba una cesión, y no querían que el destino fuera Málaga. Yo prefería estabilidad, quedarme en un equipo y no ir moviéndome de un lado a otro. Es verdad que al final vine cedido al Espanyol, pero las cosas pasan por algo y aquí estoy súper contento”.
En el Espanyol, uno de los jugadores más destacados está siendo Joan García. Su nivel ha sido altísimo, y sorprende que aún no haya recibido la llamada de la selección: “Lo de Joan es increíble, en los partidos pero es que también en los entrenamientos nos deja boquiabiertos. La Selección es una decisión ajena a nosotros, pero yo pienso, y así se lo he dicho, que estará en el Mundial”. Para un delantero, tener que enfrentarse a él cada día en los entrenamientos debe ser un calvario. “Sí, me tengo que cagar en todo con él (sic.), me hace sufrir en cada entrenamiento, pero en el fondo me hace mejorar”, reconoce divertido.
El equipo ha dado un paso adelante en los últimos meses y se percibe un convencimiento real de que la salvación es posible. Roberto lo confirma sin dudarlo. “Tenemos un grupo que confía, que está unido y que tiene muy claro qué hacer para lograr la permanencia. Nos vamos a salvar, lo decimos sinceramente”.
En una lucha tan apretada, ganar los partidos clave será fundamental: “Creo que será lo mismo que venimos haciendo en el Espanyol: ganar en casa y rascar puntos fuera. Y, en lo que queda, debemos ganar los duelos directos”.
El calendario tiene todavía una fecha pendiente: el partido aplazado contra el Villarreal. Se presenta como una oportunidad extra, aunque también puede suponer una presión añadida: “La fecha es la que es (27 de abril), así que la estrategia es ganar todo lo que podamos antes para afrontar ese partido con un poco más de tranquilidad, sin miedo”.
Desde dentro, se percibe que la estabilidad en el once y en el sistema ha sido clave para la mejora del equipo, aunque la unión del grupo es lo que realmente marca la diferencia: “Sí, pero más importante aún es la unión del grupo. Que todos, jueguen o no, mantengan la misma actitud y ganas de aportar”.
Gran parte del mérito es de Manolo González, cuya gestión del vestuario ha sido determinante: “Tiene una gran culpa, porque gestiona muy bien al equipo y nos tiene a todos enchufados”.
Roberto ha expresado en más de una ocasión su deseo de seguir en el Espanyol, aunque el club aún debe negociar su futuro. De momento, prefiere mantenerse al margen. “Yo creo que se habrá producido ya alguna llamada, pero con mi representante tenemos la costumbre de que no me comenta nada hasta que acaba la temporada, así puedo estar centrado en el fútbol. Así que ya me dirá”.
La clave está en la opción de compra del Sporting de Braga, que fijó su precio en diez millones. La duda es si el Espanyol podrá negociar esa cantidad. “Lo veo complicado, pero nada es imposible”.
