La reunión entre Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), tras la aparición de la famosa pancarta contra Carlos del Cerro Grande en los aledaños del RCDE Stadium, dejó varias declaraciones de esas que parecen un guion repetido. Querellas, pactos, condenas y, como no podía ser de otra manera, cero autocrítica.
“La inacción no vale de nada”… salvo cuando los errores arbitrales perjudican a los de siempre
Medina Cantalejo fue tajante: “La inacción no vale de nada. No podemos esperar a que ocurra algo y ya sea irremediable”. Un discurso que también serviría para los errores arbitrales que, semana tras semana, siembran el enfado en aficiones como la del Espanyol. Porque ahí sí que parece que la inacción es la norma, con el clásico “somos humanos y nos equivocamos” como único escudo.

El presidente del CTA anunció que Del Cerro Grande ha presentado una querella por su cuenta, mientras que la Federación y LaLiga han hecho lo mismo. “Los árbitros no pueden permanecer indefensos cuando ocurren estas cuestiones”, insistió Medina Cantalejo. Perfecto, pero estaría bien recordar que los clubes y las aficiones tampoco pueden quedarse indefensos cuando las decisiones arbitrales les pasan factura una jornada sí y otra también.
Un pacto por la protección arbitral, pero sin tocar lo que molesta
Rodríguez Uribes propuso un gran pacto institucional y social de reconocimiento y respeto al colectivo arbitral con las organizaciones que tienen implicación en el fútbol “y poco a poco trabajar con un equipo para intentar un poco de cordura en un mundo de locura en los últimos años”. La idea suena bonita: 00en una especie de tregua para reducir la crispación. Loable, sí. Pero si el objetivo es únicamente blindar a los árbitros sin revisar su labor ni buscar más transparencia en sus decisiones, igual estamos yendo en dirección contraria.

Medina Cantalejo insistió en que “los árbitros profesionales tienen una protección de la policía y de todos los medios que difícilmente ocurra algo”, pero que el verdadero problema es en las categorías inferiores, donde los colegiados jóvenes están “totalmente desprotegidos”. Y no le falta razón. Sin embargo, el problema no solo es el clima de violencia, sino la falta de credibilidad del arbitraje. Algo que, por cierto, no se soluciona con querellas ni con pactos, sino con justicia en el campo.
El Espanyol, señalado por la pancarta, pero ignorado cuando es perjudicado
Por supuesto, el Espanyol salió a relucir en la conversación. Medina Cantalejo reconoció que el club blanquiazul se puso en contacto con él “de inmediato” y que “lanzaron un mensaje de apoyo”: “Nosotros nos pusimos en contacto con Carlos. Es un tío fuerte, como todos los árbitros. Está criado en el arbitraje desde los campos de tierra hasta lo máximo. Su mujer y su hijo no merecen esto. Le dimos nuestro apoyo, no solo de palabra e institucional, también con una querella. El Espanyol en este caso, inmediatamente me llamaron. Lanzaron un mensaje apoyo”.

Es curioso: cuando una pancarta aparece en las inmediaciones del RCDE Stadium, la reacción es instantánea y contundente. Pero cuando el Espanyol se queja de un arbitraje dudoso –como tantos otros equipos–, la respuesta es el silencio absoluto.
Un arbitraje sin críticas, pero tampoco sin elogios
Para cerrar su discurso, Medina Cantalejo se quejó de que “cuando los árbitros aciertan, no se resalta”. Puso como ejemplo el derbi sevillano, donde Mateu Busquets Ferrer tuvo “una actuación digna de resaltar” que, sin embargo, pasó desapercibida. A ver, igual si el nivel arbitral fuera más fiable y menos polémico, la gente se centraría más en el fútbol y menos en los colegiados. Pero claro, para eso hace falta algo que en el CTA brilla por su ausencia: autocrítica.
En definitiva, querellas y pactos para proteger a los árbitros, pero sin tocar ni un milímetro lo que realmente genera indignación: los errores, la falta de transparencia y la sensación de que, al final, siempre salen perjudicados los mismos.
