Lo último sobre el caso Álvaro Aguado no dejaría precisamente en buen lugar al Espanyol. Según ha desvelado El Español, el club ya estaba al tanto de la denuncia por presunta agresión y violación sexual contra el jugador desde hace más de dos meses. Y no sólo eso, sino que, según una fuente del entorno del futbolista y cercana al propio club, “había hermetismo total” y “muchas personas del primer equipo no sabían nada hasta que salió en prensa”.
La supuesta víctima, según esa misma fuente, es fisioterapeuta del fútbol base del Espanyol y estuvo presente en la fiesta privada del 23 de junio en la discoteca Opium, justo después del ascenso a Primera. Seis meses después, la mujer denunció los hechos. “Ni la gente que trabaja en el club sabe bien quién es. Lo saben los abogados del club, el CEO y poco más. Supongo que ella tampoco quiere decirlo”, explican en declaraciones recogidas por El Español.
Desde el entorno del futbolista aseguran que la versión del club es mirar para otro lado hasta que se acabe el contrato. “Lo que están esperando es que se le acabe el contrato porque no renovará. Le quedan dos meses aquí”. Según añade la fuente, “si fuera un jugador con contrato de 4 años, igual toman medidas, pero como se va a ir y ni siquiera está jugando, pues prefieren dejar pasar el tiempo y ya será problema de otro”.
Esa sensación de querer “lavarse las manos” resuena fuerte en los pasillos de la Dani Jarque. Aguado, de hecho, sigue entrenando con normalidad. No se le ha apartado ni se ha emitido ningún comunicado oficial más allá de invocar a la presunción de inocencia. El jugador niega “categóricamente” los hechos, pero ha cerrado sus redes sociales y ha optado por un perfil bajo desde que saltó el escándalo.
“El día de la fiesta nadie notó nada raro ni al día siguiente”, dice la fuente, que añade que todos se fueron de vacaciones después. La discoteca no activó ningún protocolo contra agresiones sexuales, y seis meses después ya no hay imágenes de aquella noche. Otra diferencia clave respecto al caso Dani Alves, con el que ya muchos han empezado a comparar el asunto: “Con Alves había imágenes, la víctima habló, aquí no se sabe nada de nada”.
Por ahora, el Espanyol se mueve en una especie de limbo incómodo. “Se mantienen neutros”, dicen. Porque tienen que proteger tanto al jugador como a la trabajadora, al ser ambos parte del club. Pero ese equilibrio tan frío no está siendo bien digerido por parte de la afición. Lo que sí parece seguro es que Manolo González tendrá que dar la cara este viernes en la previa ante el Celta. Veremos si el club sigue sin mojarse o si por fin rompe el silencio. Porque esto ya no va solo de fútbol.
📞 Recuerda: el 016 está disponible 24/7 para víctimas de violencia machista. También se puede contactar por WhatsApp (600 000 016), correo (016-online@igualdad.gob.es) o, en emergencias, llamar al 112.
