Claudio Giráldez compareció este viernes en sala de prensa con la misma calma con la que ha conseguido enderezar el rumbo de un Celta que ahora mismo está en su mejor momento de la temporada. Ocho jornadas sin perder, remontada de mérito en Mallorca incluida, y un Balaídos que empieza a creer que lo de Europa ya no es solo una ilusión bonita de primavera.
Pero Giráldez, lejos de alimentar esa euforia, prefirió pisar tierra firme. Porque este sábado toca recibir al Espanyol, un equipo que viene lanzado, que ha cambiado radicalmente su cara tras el parón navideño y que ahora mismo compite con una seriedad impropia de un equipo que hace no tanto estaba hundido en la tabla.
El técnico celeste mostró respeto por el conjunto blanquiazul, consciente de que no se enfrentan al mismo Espanyol que cerró la primera vuelta antepenúltimo y sin alma. Los de Manolo González llegan tras un 0-4 en Vallecas que ha hecho ruido por toda la Liga, y que ha servido para confirmar una segunda vuelta en la que el Espanyol ha duplicado sus puntos y reducido drásticamente sus errores defensivos.
Giráldez no se dejó llevar por los halagos y mantuvo el mismo discurso prudente que le ha acompañado desde que asumió el cargo. A estas alturas, lo único que parece preocuparle es que su equipo mantenga la línea, el ritmo y la concentración. Sabe que si el Celta quiere seguir soñando con Europa, partidos como este hay que afrontarlos con el cuchillo entre los dientes. En definitiva, fue una previa de partido en la que el técnico celeste mandó un mensaje claro: el buen momento del Celta no sirve de nada si se relajan ante un rival que, hoy por hoy, juega como si le fuera la vida en ello. Y es que cuando el Espanyol llega con hambre, mejor no bajar la guardia.
Claudio Giráldez tira de humildad, pero no esconde la ilusión antes del Celta – Espanyol
Claudio Giráldez ha protagonizado un discurso que mezcla los pies en el suelo con esa chispa de ambición que tanto gusta en Vigo. Porque aunque el técnico gallego no diga abiertamente “Europa”, la palabra está flotando en el ambiente. Y él no la espanta del todo.
Después de la victoria en Mallorca que prácticamente asegura la permanencia, Giráldez dejó claro que no es momento de exigir más de la cuenta, pero sí de soñar: «Exigirnos más es equivocado e injusto». Así de claro. Y a la vez, sin renunciar a nada: «Queremos más, afrontamos los partidos para ganarlos, ser protagonistas, cada vez más sólidos como equipo y eso llevará a pelear por objetivos más ambiciosos». Vamos, que no quieren que la temporada se quede en un “casi”.
El entrenador celeste incluso se mostró muy en línea con el lema que se ha hecho popular en Vigo estos días: Orgullosos do camiño, desfrutemos do presente. E se soñamos? Y él lo compró al cien por cien: “Estoy totalmente de acuerdo, representa lo que pienso”. Hasta repitió algo que ya soltó en el último postpartido: “Cuando decía que la temporada es un éxito, me refería a que nunca deberá ser una decepción (pase lo que pase en lo que queda). Por lo que acabo de explicar. Hay que intentar la matrícula, como dije, sabiendo la dificultad”. Está claro que en su cabeza hay un examen final, y el aprobado ya lo tienen, pero ahora van a por nota.
Sobre el partido ante el Espanyol, Giráldez no se fía ni un pelo. Y razones no le faltan. “Son tres puntos contra un rival que nos ganó 3-1, que viene de ganar 0-4 al Rayo”. Ojito. El técnico también sacó a relucir un dato curioso: “Venimos de una jornada en que ningún equipo ha ganado en su campo, dato espectacular y extraño que habla de la dificultad de ganar en Primera cualquier partido”. Vamos, que no hay rival fácil, y los pericos llegan enchufados. Además, destacó que “tiene un mérito terrible lo que está haciendo con el Espanyol, sobre todo por cómo empezaron y por el ambiente que se está viviendo hoy en día entre su equipo y la afición. Tiene un valor enorme el orden que le ha dado al equipo y al club. El técnico celeste dijo alegrarse “mucho” por Manolo González porque lo considera “una buena persona” y cree que el éxito deportivo del que goza, “se lo ha currado”.
En lo táctico, no espera muchos cambios respecto al choque de la primera vuelta: “Nos hicieron daño en el balón parado, en el juego directo, tuvimos poca profundidad y un ritmo de circulación bajo. Ellos hicieron un partido defensivo muy bueno”. Advirtió que el Espanyol “tiene capacidad para quitarnos la pelota, mucha fortaleza en la transición y un balón parado poderoso”. Y resumió lo que tienen que hacer: “Tendrá que ver con cómo ataquemos y cómo nos ajustemos. Espero que el partido y el resultado sean mejores”.
En el plano emocional, el técnico del Celta cree firmemente en esa conexión con la grada. Lo que se ve en la ciudad no es casualidad. “El entorno ve lo ilusionados que están el club, el vestuario, el cuerpo técnico y dentro percibimos la ilusión que hay en la afición, en la ciudad, en Balaídos”. Y lo dice con la esperanza de que se note mañana.
Cuando le preguntaron directamente por sus sueños, Giráldez lo tuvo claro: “Sueño con el siguiente objetivo: meternos en una zona de la clasificación que no estábamos preparados, que tenemos al alcance y que tenemos que disfrutar”. Vamos, que la idea de meterse en Europa ya no suena tan lejana.
Eso sí, ni una palabra sobre cuentas o calculadoras. “No hago ningún tipo de cuentas de cuántos puntos harán falta para ser séptimos u octavos”, dijo. Lo suyo es más de ir partido a partido (sí, otro más que se suma al club de Simeone), aunque no se esconde: “Sé que tenemos posibilidades de hacerlo cada fin de semana. Nos enfrentamos cada fin de semana con la determinación de ganar y sabiendo que tenemos argumentos para ganar a cualquiera”.
Y para muestra, dos botones que él mismo sacó a relucir: “El Espanyol nos ganó 3-1 y con el Barça empatamos 2-2, depende de cómo lo queramos ver”. Porque en Primera nunca sabes qué va a pasar: «Hasta que empiece, no sabemos si va a ser sencillo o difícil, si lo vamos a conseguir o no».
El mensaje está claro: el Celta respeta al Espanyol, y no quiere líos. Pero tampoco renuncia a lo bonito. Y si se trata de soñar… en Balaídos están más que listos para hacerlo. ¿Y si sueñan? Pues que nadie les despierte.