En el fútbol hay goles, títulos, ascensos y descensos. Pero también hay memoria, corazón y heridas que no se ven. A veces, todo eso cabe en una conversación. A veces, basta con una nieta que estudia Periodismo, una grabadora y un abuelo que fue leyenda del Espanyol para ponerle palabras a lo que pocos se atreven a contar. Diario AS ha publicado un reportaje que es mucho más que eso: es un homenaje sincero y directo al alma de Julián Riera, histórico capitán perico y dueño simbólico de la puerta 62 del RCDE Stadium.
Riera y el Espanyol, una historia de amor eterno: aunque la memoria falle, el escudo nunca se olvida
Porque sí, puede que hoy a Julián le cueste recordar algunos días. Pero también es verdad que no le hace falta estar en plenitud de facultades para saber que el Espanyol fue parte importante su vida. Su voz, ya cansada por el tiempo y la enfermedad, cobra fuerza en el diálogo con su nieta Noa Riera, que lo mira con los mismos ojos que cualquier perico mira el escudo: con ternura, orgullo y una punzada de nostalgia. “Yo jugaba porque me gustaba”, dice él, como si hablar de fútbol fuera como hablar de la infancia. De hecho, eso fue el Espanyol para él: una infancia eterna hecha camiseta.
La foto del puñetazo a Riera, jugador del Espanyol, que dio la vuelta al mundo y marcó su carrera
Pero entre recuerdos bonitos, aparece la herida. Y esa herida tiene forma de foto. Una imagen que dio la vuelta al mundo: el jugador del Real Madrid José Luis Peinado lanzando un puñetazo a Riera. Sí, a un jugador del Espanyol. ¿Y aún hay quien repite el cuento rancio de que somos el filial blanco?
El puñetazo que nunca fue: la foto que hundió a Riera y el silencio del Espanyol que dolió más que el golpe
La historia que explica AS, contada por el propio hijo de Julián, Óscar Riera, ex director de Proyectos Internacionales del Espanyol, deja claro que aquel momento marcó un antes y un después. No solo para su padre, sino para todos los que amamos este club. Porque esa imagen, tergiversada por un periodista de la época, acabó costándole su carrera en el Espanyol. “Era un partido en el que se jugaban el descenso a Segunda y el ambiente estaba bastante caldeado, por decirlo de alguna manera. Juli estuvo presionando todo el partido a uno de los defensas hasta enfadarlo y provocarlo tanto que este intentó golpearlo. El problema es que la fotografía captó el momento en que le daban el puñetazo a mi padre, pero en realidad nunca llegaron a tocarlo. El periodista escribió un artículo diciendo que aquella foto no era real y que todo el problema lo había generado él, mi padre, porque estuvo provocando todo el partido. Además, ese periodista escribió que creía que Julián no era digno de estar en el Espanyol porque su manera tan sucia de jugar no encajaba con el equipo. Pues el problema es que aquella foto dio tantas vueltas por el mundo que incluso la denominaron ‘el puñetazo más famoso del fútbol en España’, y eso el Espanyol no lo podía permitir. Lo echaron así, sin más. En lugar de renovarle el contrato el año siguiente, le dijeron que ya no seguiría, a pesar de saber la situación que vivía en su casa….”, cuenta Óscar, con una mezcla de rabia y tristeza.
El Espanyol no renovó a Riera tras la polémica foto del puñetazo: “Podrían haberme tenido más en consideración”
El Espanyol, en lugar de defender a su capitán, lo dejó caer. No hubo renovación. No hubo perdón. Solo silencio. Y eso dolió. A él. A su familia. A todos. “Podrían haberme tenido un poco más en consideración”, dice Julián, hablando no solo como futbolista, sino como padre que cuidaba en casa de su hija Ester, una niña con parálisis cerebral por la que renunció a todo, incluso a fichar por clubes como el Atlético de Madrid o el Dépor. “No quería dejarla sola”.
Julián Riera, el capitán que el Espanyol dejó caer sin explicaciones, vuelve a alzar la voz desde el recuerdo
Así era Julián Riera. Leal al Espanyol. Leal a los suyos. Un tipo que jugó porque le salía del alma y que fue expulsado sin mediar palabra, como si fuera uno más. Pero no lo fue. No lo es. Y por eso esa charla con su nieta, publicada en AS, es tan necesaria porque recupera su voz, y porque recupera nuestra historia. Y porque desmonta, de una vez por todas, esa leyenda absurda de que el Espanyol es amigo de nadie. Riera fue capitán. Y el Madrid, a través de Peinado, le soltó un puñetazo en la cara. ¿Así tratan los hermanos a sus hermanos?
Fuente AS