Hay victorias que valen más que tres puntos. La del viernes ante el Getafe no solo acerca al Espanyol a la permanencia matemática, sino que deja una de esas jornadas que se viven con el corazón en la garganta y se recuerdan con una mezcla de alivio, orgullo y emoción. Y el Inside RCDE que ha publicado el club capta a la perfección ese otro partido, el que se juega fuera del césped: el del aliento de la grada, el compromiso del equipo y la pasión de un entrenador que no entiende de medias tintas.

Desde horas antes del pitido inicial, ya se intuía que la cita iba a tener algo especial. Los exteriores del RCDE Stadium se llenaron como en las grandes ocasiones: bufandas al aire, cánticos, ambiente de partido grande. Más de 25.000 pericos acudieron al estadio para empujar al equipo en un tramo final de temporada en el que cada punto cuenta, y en el que el apoyo del jugador número 12 ha sido, una vez más, determinante.
La pieza audiovisual que ha compartido el club nos permite revivir lo que se vivió en el césped… y también lo que se respiró desde la banda. Porque si hay alguien que volvió a dejar claro que para él esto es más que un trabajo, ese fue Manolo González. Cada gesto suyo desde la zona técnica, cada indicación, cada arrebato de tensión o celebración contenida, habla de un entrenador que no está simplemente cumpliendo un rol. Lo suyo es compromiso real con el escudo, identificación con el club, sentimiento. Lo vive, lo siente y lo transmite.

Durante el partido, la comunión entre afición y plantilla fue total. El ambiente en la grada fue el de las grandes noches, de esas que hacen que el Espanyol sea un club distinto. En el Inside se refleja cómo los jugadores respondieron a ese empuje desde el primer minuto, con una intensidad que no decayó ni un segundo y que encontró premio con un 1-0 que sabe a mucho más que una simple victoria.
El final del encuentro trajo la imagen que todos esperaban: la plantilla fundiéndose con la grada, devolviendo con aplausos, gestos de cariño y algún que otro grito de liberación la entrega de los suyos durante todo el choque. No fue una celebración vacía, sino un acto de agradecimiento. Porque cuando más se ha necesitado, la afición ha estado. Ha remado, ha resistido y ha creído.

Este Inside RCDE no solo nos muestra lo que no se ve en los resúmenes. Nos recuerda, sobre todo, que este club sigue latiendo con fuerza. Que cuando la afición y el equipo caminan juntos, es muy difícil tumbar al Espanyol. Y que, pese a todo lo vivido esta temporada, el sentimiento blanquiazul sigue tan firme como siempre.