La vida, el fútbol y LaLiga no dejan de sorprender. Lo que en su día fue una faena —otro partido entre semana, viaje lejos de casa y la presión de no fallar para no meterte en líos—, se ha convertido en una oportunidad de oro. Este domingo, el Espanyol por fin se pondrá al día con el calendario recuperando el duelo de la jornada 26 ante el Villarreal, un partido que originalmente debía disputarse el lunes 3 de marzo en La Cerámica. Se suspendió por causas ajenas al fútbol, y desde entonces, mucho ha llovido… y también mucho ha cambiado.

De luchar por la permanencia a soñar con Europa: el nuevo objetivo del Espanyol ante el Villarreal
Porque claro, aquel Espanyol que viajaba a tierras castellonenses lo hacía con el subidón de haber ganado en Mendizorroza con un gol de Calero y con la sensación de estar saliendo del pozo. Pero, aún así, la realidad era cruda: 27 puntos y un margen mínimo con el descenso. Era, en palabras simples, una oportunidad para poner tierra de por medio. Ahora, dos meses después, lo que está en juego es muy distinto. Si los de Manolo González ganan, no solo asegurarán de forma matemática la permanencia, sino que podrían meterse en la pelea por la Conference League. Sí, sí, Europa. Eso que sonaba a chiste hace nada.

Espanyol llega al duelo ante el Villarreal con otro objetivo: Europa ya no es un sueño imposible
Y es que el cambio ha sido brutal. Cuando se suspendió el partido, el Espanyol ya daba síntomas de haber despertado, pero era pronto para sacar pecho. Se venía de una primera vuelta para olvidar —decimoctavos, con más dudas que certezas—, pero en las seis jornadas iniciales de la segunda vuelta, el equipo ya sumaba tres victorias, dos empates y solo una derrota, y además en Anoeta y en el último suspiro. Vamos, que se notaba que la cosa empezaba a carburar.
Desde entonces, la mejoría no ha sido solo de sensaciones, sino también numérica: ahora los pericos suman 39 puntos. Doce más que entonces. Una escalada que les permite mirar a los ojos a equipos como el Villarreal, que tenía 44 puntos en marzo y ahora 52, tras su derrota de ayer ante el Celta, y que ya no impone tanto respeto como antaño.
Espanyol llega a Villarreal en su mejor momento: firme atrás, peligroso arriba y con Europa como objetivo
Y lo más loco de todo es que este Espanyol no solo ha recuperado el alma, sino también la ambición. En el vestuario nadie lo dice muy alto, pero se nota que algo se ha encendido. Lo primero es asegurar la permanencia, pero si ganamos en Villarreal, vamos a seguir peleando, se escucha en voz baja. Hay hambre. Y también memoria. Porque este mismo equipo, hace nada, estaba a un suspiro del abismo.

El partido llega en un momento dulce para los blanquiazules, que llevan muchas jornadas dando la cara, con una defensa mucho más seria, un mediocampo que por fin tiene orden, y arriba, gente con chispa. No es casualidad que muchos de los integrantes de la plantilla están en boca de los comentaristas. Y es que cuando el equipo está bien, los jugadores también lo están.
El objetivo del Espanyol ya no es solo salvarse: Villarreal puede ser el trampolín hacia Europa
Así que este domingo no se juega solo un partido aplazado. Se juega una especie de partido bisagra, de esos que pueden marcar el tono del tramo final de la temporada. De estar pendientes del descenso a empezar a sacar la calculadora europea. Quién lo hubiera dicho en marzo…
Porque este Espanyol ha aprendido a sufrir, pero también ha aprendido a creer. Y cuando eso pasa, pueden pasar cosas bonitas.
