El Espanyol está de dulce. Y no es para menos: diez puntos de los últimos doce posibles, invictos en los últimos cinco partidos, y la sensación en el ambiente de que este equipo ya ha hecho lo más difícil. Con los 39 puntos que acumulan los de Manolo González en su casillero, la permanencia en Primera parece al alcance de la mano. Pero claro, en esto del fútbol, hasta que no canta matemáticamente la permanencia, conviene mantener los pies en el suelo.
Si nos ponemos a mirar números (que siempre viene bien para tranquilizar la cabeza), la media para quedarse en la élite en las últimas diez temporadas está en 38,4 puntos. Es decir, los blanquiazules ya superan ese umbral con los 39 que atesoran. Pero esto no es una ciencia exacta. El Leganés, en la 2017-18, necesitó 43 para salvarse, mientras que el Eibar, en la 2014-15, se quedó en Primera con solo 35. El curso pasado, la salvación la marcó el Rayo con 38.
Ahora bien, la situación actual de LaLiga da para pensar que esta temporada la salvación podría andar cerca de esos 38-39 puntos. Las Palmas, que marca el descenso con 32, todavía tiene margen de maniobra en las seis jornadas que restan, aunque el tiempo aprieta. Por detrás, el Leganés anda con 30 y es el que más apuros pasa. Más arriba, Alavés (34), el Girona (35), el Sevilla (37) y el Valencia (39) podrían, en teoría, meter en un lío a alguien si logran enganchar una buena racha, aunque las dinámicas no apuntan a eso.
El Espanyol, además, tiene un partido más que la mayoría de sus rivales directos. Este domingo, los de Manolo visitan al Villarreal en el encuentro aplazado por el temporal, una bala extra que puede dejar la permanencia prácticamente sellada si sacan algo positivo de La Cerámica. Y viendo la tendencia del equipo, hay motivos para creer.
Porque no solo es cuestión de puntos. Es que el Espanyol suma la mejor racha desde hace seis años: cinco partidos sin perder, con tres victorias y dos empates. Desde aquel 15 de marzo en Mallorca (2-1), los pericos no conocen la derrota. Han sumado 11 de los últimos 15 puntos, lo que les ha permitido alejarse con solvencia de la quema.
Eso sí, el calendario que viene no es un paseo. Después del Villarreal, tocan Betis, Leganés, Barça, Osasuna y Las Palmas. Ninguno se juega menos que la vida: unos por Europa, otros por no bajar. Y en ese tramo, más de un rival apretará los dientes. Los pericos, por tanto, deberán mantener la tensión y no dormirse en los laureles, como bien insiste el vestuario cada vez que se le pregunta.
En definitiva, todo apunta a que los 39 puntos pueden ser suficientes, pero mejor no confiarse. Quedan seis partidos. Un par de puntos más y a respirar tranquilos. Y si encima se puede rematar con una victoria ante el Barça, el sabor de boca será aún mejor.
