El Espanyol continúa con su ronda de contactos institucionales dentro del marco del 125 aniversario del club, y este martes le ha tocado el turno al Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat, sede del RCDE Stadium desde 2009. Una comitiva encabezada por el ex presidente Daniel Sánchez Llibre y el actual CEO, Mao Ye, ha visitado al alcalde Antoni Balmón en un encuentro que ha servido para reforzar la relación entre club y consistorio… aunque también para recordar que no todo ha sido un camino de rosas.
Durante la visita, que ha contado con la presencia de otros miembros del comité del 125 aniversario como Antoni Fernández Teixidó, Rafa Marañón o Elsa Franganillo, se ha hecho entrega de la baldosa conmemorativa al alcalde Balmón. El gesto simbólico ha estado acompañado de una explicación detallada de las actividades que el Espanyol tiene previstas dentro de esta efeméride que pone en valor más de un siglo de historia blanquiazul.
El ambiente ha sido se desprende de las reacciones del Ayuntamiento cordial y de entendimiento mutuo. Balmón, en sus declaraciones, ha querido destacar la importancia de que el Espanyol conmemore estos 125 años en Cornellà: “Para nosotros es muy relevante. Aquí estaremos, como siempre, con la afición, deseando que lleguen buenos resultados deportivos y que el club perdure”.
Sin embargo, más allá de la foto institucional, el contexto deja entrever que la relación entre club y consistorio no siempre ha sido fácil. Desde la llegada del estadio a la ciudad, la afición ha tenido la sensación de que Cornellà no ha terminado de asumir al Espanyol como propio. Las últimas fricciones han girado en torno a las quejas de algunos vecinos del barrio de la Riera, que aseguran sufrir molestias los días de partido. Y más recientemente, la polémica ha llegado por la decisión del Ayuntamiento de limitar a un solo gran evento musical al mes en el estadio, lo que ya ha provocado cancelaciones como la del concierto de Lola Índigo previsto para este verano. Una decisión que afecta directamente a las cuentas del club, que ve cómo se le cierran vías alternativas de ingreso en un contexto económico delicado.
Aun así, el alcalde se ha esforzado en poner el acento en lo positivo: “La relación ha sido franca, de claridad, de buscar un proyecto común”, ha afirmado, reconociendo que Espanyol y Ayuntamiento han logrado transformar físicamente una parte de la ciudad. Un mensaje que, pese a las diferencias del pasado, deja una puerta abierta a una convivencia más fluida en el futuro.
La comisión del 125 seguirá su ruta de encuentros con otras instituciones catalanas. Pero en Cornellà, más allá de la celebración, también hay margen para el debate, el entendimiento… y por qué no, la mejora. Porque el Espanyol, aunque no sea de Cornellà, sí juega allí. Y estaría bien que alguna vez lo hiciera como en casa.