El Espanyol afronta este domingo un partido crucial ante el Real Betis. En juego, más que tres puntos: la posibilidad real de certificar la permanencia en una temporada que ha exigido al equipo y a la afición dar lo mejor de sí en cada jornada. Consciente de lo que se juega y del ambiente que suele acompañar al conjunto verdiblanco en sus visitas a Cornellà, el club ha querido dar un paso adelante y preparar un recibimiento a la altura.
Tal como ha anunciado a través de sus canales oficiales, el Espanyol está organizando un gran mosaico blanquiazul con un objetivo claro: que la grada sólo tenga dos colores: el blanco y el azul. La entidad quiere que el estadio luzca como en las grandes citas, y que el equipo de Manolo González sienta desde el primer minuto el aliento de su gente en un duelo que puede marcar un antes y un después en esta recta final de Liga.
🖼️ A l’#EspanyolRealBetis rebrem a l’equip amb un espectacular mosaic blanc-i-blau a tot l’@rcde_stadium.
🏟️ Us necessitem a tots a l’estadi!
ℹ️ Més info a @fcp_espanyol, @voluntarisrcde, @CurvaRCDE i @Juvenil1991 🤍💙 #RCDE pic.twitter.com/9P2TLRml34
— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) April 30, 2025
El rival, además, es uno de los que más seguidores moviliza en Catalunya, tanto por la numerosa colonia bética como por el atractivo futbolístico que ha mostrado el equipo de Manuel Pellegrini durante toda la temporada. Por eso, desde el club se busca generar una atmósfera que minimice cualquier intento de convertir el RCDE Stadium en terreno neutral.
La iniciativa no se limita a lo simbólico. El Espanyol ha hecho un llamamiento directo a todos aquellos que quieran implicarse activamente en los preparativos del mosaico. “Si quieres formar parte de los preparativos, puedes contactar con la Federació Catalana de Penyes, Voluntaris RCDE, La Curva o La Juvenil”, señalan desde el club, apelando a ese espíritu de colaboración que siempre ha definido al entorno perico en los momentos importantes.
El del domingo será, sin duda, un partido especial. Y el RCDE Stadium, un escenario preparado para dar un empujón definitivo a una plantilla que ha trabajado duro para llegar viva y con opciones a este tramo final. El mosaico blanquiazul será solo el primer mensaje: el resto, como siempre, lo pondrá la afición.
