En una temporada marcada por la necesidad de sumar cada punto como si fuera oro, el Espanyol ha encontrado en la eficacia una de sus grandes virtudes. Así lo reflejan los datos publicados por el diario AS, que sitúan al conjunto blanquiazul como uno de los equipos que más y mejor ha desafiado las estadísticas en esta Liga. En concreto, en el apartado de los goles esperados (expected goals, xG), tanto a favor como en contra.
Según el modelo estadístico, el Espanyol debería haber anotado 29,6 goles hasta la fecha. Sin embargo, el equipo dirigido por Manolo González ha logrado transformar 36, lo que supone un rendimiento ofensivo superior en +6,4 goles. Se trata del segundo mejor registro de la categoría, solo por detrás del FC Barcelona, que presenta un diferencial positivo de +8,6.
“El bloque perico, según los datos, debería ser el conjunto de Primera división con menor pegada”, señala AS, subrayando el mérito de un equipo que ha sabido rentabilizar al máximo sus llegadas. Con un 16% de acierto de cara a puerta, el Espanyol se sitúa como el sexto equipo más eficaz del campeonato en términos de conversión.

Pero el rendimiento por encima de las expectativas no se limita al aspecto ofensivo. También en defensa, el Espanyol ha logrado minimizar el impacto de los ataques rivales. Frente a los 50,8 goles que debería haber encajado, la cifra real se queda en 44. Ese diferencial de -6,8 convierte al club perico en el tercero más eficiente del campeonato en ese apartado, solo superado por el Athletic Club (-7,2) y el Getafe (-9,7).
Detrás de esa solidez hay un nombre propio que destaca por encima del resto: Joan García. El joven guardameta ha sido determinante en momentos clave de la temporada y ha sostenido al equipo con actuaciones que no solo han evitado derrotas, sino que han consolidado al Espanyol como uno de los conjuntos más fiables bajo palos.

En definitiva, mientras parte del análisis futbolístico se construye hoy en torno a modelos estadísticos y métricas avanzadas, el Espanyol está demostrando que el fútbol sigue siendo, ante todo, un deporte de ejecución y competitividad. Y en ese terreno, los de Manolo González están respondiendo con nota. La permanencia todavía no es matemática, pero con estos datos sobre la mesa, queda claro que hay razones objetivas —y no solo emocionales— para creer en ella.
Fuente AS
