Carlos Romero habló con la sinceridad que da la rabia de una derrota que escuece. Nada de discursos vacíos ni excusas de manual. El lateral del Espanyol fue claro como el agua tras el 3-2 en Butarque y puso el foco donde tocaba: en una primera parte muy floja, que condicionó todo el partido.
“El partido se nos escapa por la primera parte que hemos hecho, no ha sido buena, no hemos ganado ningún duelo y se ha notado en el partido”, arrancó sin rodeos. No hace falta analizar mucho más. Cuando no compites desde el minuto uno en un campo como el del Leganés, te pasan por encima. El Espanyol lo intentó tras el descanso, es cierto, pero ya iba cuesta arriba. “Luego el equipo ha tirado hacia delante, ha metido… lástima, lástima el tercer gol suyo, todos son errores nuestros”, añadió Romero, asumiendo la responsabilidad.
Lo bueno, si es que se puede sacar algo positivo en medio del bajón, es que el equipo al menos no se cayó del todo. “El equipo antes se hubiese venido abajo, hemos dado un paso adelante cuando encajamos goles”, explicó. Ese “antes” lo dice todo. Hay una evolución mental, una resistencia que antes no existía. “Lo hemos intentado hasta el final, una pena que se nos escape pero hay que seguir”.
Y es que no hay tiempo para lamentos. El jueves espera el derbi. El partido. Ese que todo perico quiere jugar y, sobre todo, ganar. “El jueves tenemos que llenar el estadio, es un partido súper importante que la afición siempre quiere ver”, soltó Romero, ya con la mirada puesta en el RCDE Stadium. Porque el golpe de Butarque ha dolido, pero la permanencia todavía está a tiro. “Vamos a intentar llevarnos los tres puntos y lograr la permanencia”, cerró.
Dicho queda. Se ha complicado más de la cuenta, sí. Pero si hay un escenario perfecto para cerrar el círculo y respirar tranquilos, es ese. En casa. Y contra el Barça.