La previa del derbi entre el Espanyol y el Barça está siendo cualquier cosa menos tranquila. El ambiente está cargado, el recuerdo de lo que ocurrió hace dos años sigue muy presente y, por si fuera poco, el conjunto azulgrana puede llegar al RCDE Stadium con el título de Liga en el bolsillo o con la opción de ganarlo allí. En este contexto, este martes, La Grada Ràdio ha querido bajar el tono y apelar a la cabeza fría y a la responsabilidad del espanyolismo, con una tertulia donde no han faltado los matices, los enfados ni los puntos de vista muy distintos… pero con un mensaje común: no caer en la trampa.
David Osorio fue directo desde el primer minuto: “¿Tenemos que hacer un pasillito al enemigo que nos quiere muertos?”. Así, sin anestesia. Y sí, su tono fue el más combativo de la tarde. Incluso reconoció que, si estuviera cerca de donde puede liarse, le costaría contenerse: “Me sabría mal por el cierre del estadio pero es muy difícil contenerse… yo creo que saltaría”. Un sentimiento que, en redes y en la grada, más de uno comparte.
Àngel Bergadà fue más allá en el diagnóstico: “El Barça no es mi rival deportivo, es el enemigo social que quiere mi desaparición”. Pero también lanzó un mensaje de prudencia: “Aunque pensemos como Osorio, hay que priorizar los intereses del Espanyol. Si nos cierran el estadio, les damos otra victoria a los culés”. Para Bergadà, hay que saber separar la rabia legítima del error estratégico: “No podemos caer en más provocaciones de ellos. Si nos meten goles administrativos, les damos una felicidad que no quiero darles”.
Ferran Granell ofreció una mirada más escéptica, incluso resignada: “El partido importante era el de Leganés. Lo del Barça me da igual”, dijo sin rodeos, en un discurso donde acusó directamente a Chen Yansheng y Rastar de cómo ha de afrontar el espanyolismo esas citas de la máxima rivalidad: “Hace cinco años que no somos nada, que no tenemos propiedad. Lo que me decepcionó fue lo otro, no esto”. Y pidió no ponerse al nivel de un rival que, en su opinión, lo tiene todo de cara: “En el Espanyol queremos ser justicieros y hay 18 equipos más. No hay que ponerse a su altura cuando tienen todas las de ganar”.
El director del programa, Francesc Via, también intervino para recordar lo que puede pasar si alguien pierde los nervios. Fue muy claro: “Los tiempos de saltar al campo para los que peinan canas ya pasaron. Conozco a gente que lleva los casos de los que saltaron hace dos años, y las multas y penas que les proponen son muy duras”. Y añadió: “Un poco de cabeza. Pensemos en las consecuencias a nivel personal y colectivo”.
Sobre el hipotético pasillo al Barça, Via intentó desdramatizar: “Si hay que hacer pasillo, lo haría de forma light. Son unos segundos y se hace por protocolo entre profesionales. Mientras tanto, desde la grada, pitamos todo lo que representa al Barça”.
En lo que coincidieron tanto Bergadà como Àlex Cobas, es en que el Barça ha ganado una Liga que no está limpia, por la acumulación de favores, contextos y ventajas de siempre. “Es un cúmulo de trampas porque tienen el poder social, político y mediático. Adulteran sistemáticamente”, dijo Bergadà. Pero insistió: “No es momento de exaltar a las masas”.
En resumen, la tertulia fue un ejercicio de contención en medio de la tensión, con la vista puesta en no caer en errores que luego puedan pasar factura. El Espanyol se juega mucho más que un derbi. Se juega su imagen, su futuro inmediato… y también evitar que un partido de máxima rivalidad se convierta, otra vez, en un problema añadido. Como dijo Bergadà, “nos quieren joder, sí… pero más vale que no se lo pongamos fácil”.