El Espanyol encara este domingo en El Sadar un partido que huele a final. No tanto por lo emocional, que también, sino porque de verdad puede ser el punto y final al sufrimiento de toda una temporada. Frente a Osasuna, los de Manolo González tienen una nueva oportunidad —y ya van unas cuantas— de sellar de una vez por todas la permanencia en Primera división. Esta vez sí. Esta vez tiene que ser.

Vicente Moreno, Osasuna y un reencuentro con el Espanyol cargado de morbo y emociones
El choque viene con su buena dosis de morbo. Para empezar, porque enfrente estará Vicente Moreno, ese técnico que hace un par de años guiaba al Espanyol en su regreso a la élite. Ahora, a los mandos de un Osasuna que sueña con Europa, se despide de su gente. “No quería que se interpretara en función de si entramos en Europa o no”, soltó esta semana, anunciando que no seguirá en el banquillo rojillo la próxima temporada. Una despedida que sus jugadores quieren convertir en homenaje. Y eso, claro, hace que el partido huela a trampa.

El Sadar, escenario clave para un Espanyol que no quiere más sustos en su pelea por la permanencia
El Sadar será un hervidero, como siempre, pero esta vez con un punto más de electricidad. Osasuna busca regalarle una última alegría a su técnico y apurar sus opciones de alcanzar ese octavo puesto que podría tener premio continental. Y el Espanyol, mientras tanto, con cinco puntos de colchón, llega con los nervios de quien sabe que está cerca, pero todavía no a salvo del todo. Es lo que pasa cuando dejas escapar varias bolas de partido seguidas. Que ahora el margen de error es mínimo y cada minuto cuenta.

¿Qué necesita el Espanyol para certificar la permanencia este domingo ante Osasuna?
La pregunta que flota en el ambiente es clara: ¿qué necesita exactamente el Espanyol para quedarse en Primera sin tener que echar más cuentas? Pues bien, la respuesta corta es sencilla: con dos puntos más, diga lo que diga el resto de la jornada, el equipo estará salvado. Pero si queremos ser más específicos, hay dos escenarios que pueden cerrar el asunto este mismo domingo: el primero, que el Espanyol gane en Pamplona. Y ya está. Sin mirar al móvil. El segundo, que el Leganés no gane en Las Palmas. Aunque los pericos no sumen, si los madrileños no hacen pleno, la salvación será matemática.
Incluso perdiendo en Pamplona, el Espanyol puede sellar la permanencia ante Las Palmas
Claro que el fútbol nunca se deja explicar tan fácil. Si el Leganés gana este domingo y también la próxima jornada, los nuestros necesitarán puntuar al menos una vez en sus dos partidos. O sea, que incluso perdiendo contra Osasuna, el último partido en casa ante una ya descendida UD Las Palmas sería su última vida. Todo sigue dependiendo del Espanyol. Y eso, después de tanto sufrimiento, ya es una pequeña victoria.

Getafe y Alavés complican el puzle, pero el Espanyol depende de sí mismo para lograr la permanencia
La cosa se complica cuando se añaden al cóctel el Getafe y el Alavés. Los azulones están empatados a puntos con el Espanyol, aunque con peor goal average particular, pero mejor general. Los vitorianos, por su parte, van un punto por debajo. Pero, si llegan a igualar a puntos con el Espanyol, bajan ellos. Porque en los duelos directos los pericos ganaron los dos.
En caso de empate múltiple, el Espanyol saldría vivo y el Alavés sería el gran perjudicado
¿Y si hay un triple o incluso cuádruple empate? Pues más buenas noticias. En cualquiera de esos escenarios, el Alavés sería el que descendería. Lo dicho: todo está en manos del Espanyol, aunque las uñas ya no estén.
Vicente Moreno y Diego Martínez, dos ex del Espanyol que pueden decidir su permanencia
Dos técnicos con pasado perico, Vicente Moreno este domingo y Diego Martínez la próxima semana, pueden terminar marcando el futuro inmediato del club. El calendario tiene estas cosas. Pero a estas alturas, más que de nombres, esto va de agallas.

Espanyol: toca cerrar el drama en El Sadar y sellar de una vez la permanencia en Primera
El Espanyol no puede dejarlo para el final. Porque si algo ha dejado claro esta temporada, es que vivir al límite no es sano… ni para el equipo, ni para la afición. Así que nada de sustos. Nada de calculadoras. Que este domingo sea el último capítulo del miedo. Que El Sadar sea, por fin, el lugar donde se acabó el sufrimiento.
