No era el día. Ni el momento, ni el contexto. Y aun así, pasó. Cuando el espanyolismo todavía no ha acabado de asimilar lo vivido este jueves —con un atropello múltiple que dejó 17 heridos a las puertas del RCDE Stadium y un hombre aún ingresado en estado crítico—, los Mossos d’Esquadra han publicado un tuit que ha terminado de encender la indignación blanquiazul.
“Enhorabuena al FC Barcelona y a toda su afición por el título de Liga. Trabajamos para garantizar la seguridad en la rúa de celebración”, escribieron desde la cuenta oficial del cuerpo. Así, sin matices ni contexto. Una felicitación pública acompañada del anuncio de que colaborando con el club azulgrana en la preparación del festejo por el campeonato… el mismo que certificaron el jueves en Cornellà-El Prat.
Enhorabona al @FCBarcelona_cat i a tots els culers per @LaLiga
Treballem per garantir la seguretat de la rua pels carrers de Barcelona. Celebra-ho amb civisme! pic.twitter.com/MpcJkvHO3N
— Mossos (@mossos) May 16, 2025
¿El problema? Que ese mismo día, a pocos metros del estadio, se vivió una escena dantesca: un coche atropelló a decenas de aficionados que se dirigían al derbi. Las imágenes siguen grabadas en la retina de muchos pericos, que además de sufrir el susto, ahora sienten que se les ha faltado el respeto institucional. Porque sí, felicitar está bien. Pero ¿justo ahora? ¿de esa forma? ¿y sin ni una sola palabra para las víctimas?
La indignación ha ido creciendo por minutos, y en redes sociales ha corrido como la pólvora. Grupos como La Curva y La Juvenil, a través de su espacio conjunto Grada Canito, ya habían denunciado la actuación policial del jueves como “desmesurada y descoordinada”. Pero con este tuit, el malestar ha subido un peldaño más.
Según explicaron en su comunicado, lo más preocupante no fue solo el atropello en sí, sino todo lo que vino después. Aseguran que los Mossos “optaron por cargar contra los aficionados en lugar de ofrecer apoyo a los heridos y controlar la situación”. Un relato durísimo que habla de miedo, confusión y caos, justo en el momento en el que la policía debería estar —y parecer— del lado de la ciudadanía.
Y claro, cuando ves que la cuenta oficial del cuerpo, en lugar de hacer autocrítica o mostrar sensibilidad, se lanza a felicitar al Barça mientras está de fiesta, se entiende la sensación de muchos de que parece cuando menos muy poco oportuno. Otros, más directos, aseguran que este tipo de gestos dan pie a pensar que la policía catalana no vela de igual manera por todos los ciudadanos.
Porque esto no va de colores, ni de fútbol. Va de tacto. De entender que hay momentos que requieren silencio, respeto o, al menos, una cierta empatía. Algo que, para muchos pericos, ha brillado por su ausencia. Ahora además del dolor físico de los heridos,hay otro dolor también difícil de curar: el de sentirse ignorado. O, directamente, despreciado.
