Omar El Hilali no esquivó los micros tras la derrota en Pamplona. Con un tono sereno, pero cargado de sentimiento, el canterano perico atendió a los medios oficiales del club para reflexionar sobre un partido que deja al Espanyol con la permanencia en juego en la última jornada. No es la situación soñada, pero tampoco una que les coja por sorpresa. Y mucho menos, una que el lateral tema.
“Ya lo he dicho ante otros medios, igual ha sido el destino el que nos ha puesto en esta situación”, arrancó, casi resignado pero sin perder el foco. Porque pese al revés en El Sadar, Omar tiene claro que esto se puede —y se debe— sacar adelante. “Todos firmábamos al principio de temporada jugárnosla la última jornada ante nuestra gente y familia”, recordó, señalando el papel crucial que tendrá el RCDE Stadium el próximo fin de semana.
De hecho, su mensaje más repetido fue claro: unidad total. “Que estén con nosotros, lo pido por favor, lo pido como sea, pero que confíen en nosotros”, insistió. Para Omar, la grada es ese motor extra, ese empujón invisible que convierte un córner en medio gol o una recuperación en una ovación. “Nosotros confiamos en ellos y lo vamos a sacar todos juntos”.
Sobre el partido en sí, El Hilali fue honesto. Nada de excusas, pero sí contexto: “Hemos tenido nuestras ocasiones, ellos las suyas. El primer gol ha sido fruto de la suerte, en el segundo estábamos muy cansados y veníamos de muchas contras”. Nada que no se viera desde fuera, pero que duele igual desde dentro. Aun así, su conclusión fue firme: “Lo de hoy es pasado… iremos a ganar contra Las Palmas porque no queda otra”.
Y ahí es donde vuelve a entrar la afición, ese jugador número 12 al que no para de apelar. “Nuestra afición es la que nos da ese plus para que se vea ese juego en casa, donde hemos dado una imagen espectacular”, aseguró, antes de poner como ejemplo una de las noches mágicas del curso: “Animo a que repitan lo del día del Oviedo, fue un espectáculo, personalmente lo vivimos de una manera increíble”.
El mensaje final, lejos de dramatismos, fue un grito de orgullo. De perico a perico. “Lo vamos a sacar todos juntos, si ya no es por nosotros lo vamos a hacer por ellos”.