Jordi Palacios, más conocido en el universo perico como Rambo Periko, se pasó este jueves por La opinión del día de La Grada Ràdio y, fiel a su estilo, soltó una reflexión de esas que, entre sonrisas, te remueven por dentro. Esta vez, sin metáforas bélicas. Hoy, dice, “no hay armas, no hay disparos, no hay nada”, solo la necesidad de hablar desde el corazón blanquiazul, con la vista puesta en el partido más importante del año: el Espanyol – Las Palmas.
“Sólo quiero hablar del ‘cagómetro’ ese que todos tenemos en el cuerpo”, arrancó Palacio, con ese tono entre medio serio y medio en broma que siempre sabe manejar. Porque hay buenas sensaciones, se respira optimismo, pero nadie puede negar que los nervios están ahí. “Yo diría que el cagómetro está al 30% porque hay un señor con un pito en el campo, otro comiendo ganchitos en el VAR, y por nuestro propio club, el Espanyol”, señalando tres focos de incertidumbre que, desgraciadamente, todos entendemos muy bien.
Y sin embargo, más allá del miedo, lo que manda es la fe. “Este 30% es un poco el miedo que tenemos todos los pericos, quien diga lo contrario creo que miente, pero el 70% es la esperanza”, soltó, con esa mezcla tan perica de sufrimiento y ilusión.
Nuestro particular Rambo tiene claro que el sábado puede ser una fiesta. Y no sólo por salvarnos, sino por lo que estamos viviendo como afición. “Lo celebraremos por dos motivos: porque el Espanyol se queda en Primera, y porque nunca había visto un Espanyol con esta afición”, confesó emocionado. Las cifras no mienten, con el cartel de “no hay billetes” colgado días antes, y una locura desatada por conseguir un carnet. Algo que, seamos sinceros, hace no tanto parecía impensable.
Palacio no quiso olvidarse del cuerpo técnico ni de los jugadores: “Manolo y sus chicos han hecho un buen trabajo, espero que la suerte nos acompañe y que no sean cosas de segundo orden como arbitrajes o manos negras”, apuntó, lanzando esa advertencia con la que más de uno estará plenamente de acuerdo.
Y como buen perico, no faltó un mensaje final de unidad: “Todos a empujar, ya se ha dicho todo por activa y por pasiva de que hemos de tener buena sintonía con el equipo, empujaremos como nunca se ha visto, y recordaremos este día con alegría”. Y cerró con un llamamiento a la afición: “Ánimo pericos, todos al estadio, y a las ocho y media del sábado sabremos lo que somos”.
Pues eso. Todo dicho. Ahora, a llenar el estadio, a empujar hasta el último segundo… y a ganar. Porque lo que somos, lo decidimos nosotros, los pericos.